sábado, 6 de marzo de 2021

LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 60

Se acabaron las noches en ese club al que acudía cada día. Dejaba el asunto de los masajes y ahora además de chofer era trapichero, pero jamás lo hice por asunto de dinero, me gustaba ese juego esa nueva posición en los garitos. Te preguntaras si no tenia miedo a que me pillaran, por supuesto que si, pero mi cabeza seguía intacta y sabía que esta nueva faceta no me iba a enganchar como para llegar a ser un traficante mas comprometido. La cosa no transitaba por esos derroteros por eso repito que lo que me ponía, me molaba y me daba morbo, era todo el juego y el pequeño submundo que se formaba a tu alrededor. Era un tío muy conocido y las policías, sobre todo la Ertzaintza, tal vez sabían lo que hacia y hasta es posible que hicieran la vista gorda en ocasiones. Al fin y al cabo no movía apenas mas que unas decenas de gramos y siempre entre las Lumis. Como curiosidad he de decir  que en aquel tiempo muchos eran los Ertzainas que tenían novietas de club, incluso hubo algunos que se casaron con ellas y estoy convencido que alguna vez les preguntaron por mis movimientos. Muchas chicas de madrugada mantenían de motu propio relaciones por la cara con miembros de distintos cuerpos de policía y de todos los grados, para que a cambio les informaran cuando hubiera redadas de extranjería. Y también ellos en ocasiones les chantajeaban y/o las engatusaban con eso mismo. Lo mejor de todo es que yo me movía solo, llegaba pedía un copa y luego con precaución y sigilo pasaban de una en una a pillar su pollo. Por supuesto no era el único que vendía, éramos media docena de camellos los que rondábamos cada día por los antros, la farlopa era la reina indiscutible. No quería comprar grandes cantidades, prefería coger cien gramos, pagarlos y seguir esa rutina, por si acaso. Así que salía de casa con diez bolsitas preparadas, mas el gramito gratis que salía para mi de las mismas. Si vendía todo ese día, eran 300 pavos, pero claro a eso había que descontarle las copas, que eran unas cuantas en toda la noche y la gasolina, por lo menos. Lo cierto es que al principio todo estaba bien diseñado, yo me lo pasaba bien y además de no gastar de lo poco que me quedaba de la herencia, siempre quedaban cien o ciento cincuenta libres de impuestos.

Pero el que pensaba que controlaba a la Dama Blanca ( es decir, yo ) ya no le bastaba el gramo gratuito que sacaba de sus bolsas y que se lo metía a lo largo de la noche. Aunque mi consumo era moderado, es verdad que nada mas abrir los ojos y tomarme un café, comenzaba el desfile blanco a través de mi nariz. Para ser sincero, no me sentaba mal, al contrario, me mantenía despierto, atento y en continuo movimiento. Un día se me ocurrió un plan, como sabia que muchas chicas después de cerrar el club quedaban con clientes para irse a sus casas o a los hoteles a seguir la fiesta tarifada, les deje un numero de teléfono que funcionaba a partir de las dos de la madrugada. Allí me podían pedir snacks, alcohol, cervezas etc y por supuesto farlopa. Claro que el gramo se lo cobraba a 80 pavos y 30 mas por llevarle todo el pedido a Bilbao y/o alrededores. Me funciono de cojones y además de ver y asistir involuntariamente a fiestas desmadradas de todo tipo cuando llevaba los pedidos, en alguna ocasión hasta me fui follado. La verdad es que tenia unas cuantas clientas que trabajaban frecuentemente en hoteles y domicilios cuando salían del club. Son las que trabajan sobre todo con " Locos " así se conocian a los que solo las contrataban para meterse rayas y rayas , hora tras hora. Esos eran los buenos porque no follaban, solo había que aguantar sus néuras sus paranoias - que no es moco de pavo - pero se iban para casa con sus mil y pico de euros. A Luci la rumana, no se le escapaba ni uno y además era muy activa en la cama, se lo hacia de cojones. Buena clienta y buena chica, por eso algún día que otro siempre le regalaba medio gramito o le invitaba a una copita en el garito que estuviera.

Un día me llama cerca de la cinco de la mañana y me pillo durmiendo, para decirme que estaba en el Hotel Sheraton con un cliente muy bueno de Madrid y que necesitaba 30 gramos para ya mismo. ¿ Como, que dices tía ? . Te lo juro, hace sus mezclas con heroína y cocaína y se coloca a su manera, pero tiene mucha pasta y es buen tío. Estamos otra chica y yo desde la mañana en su fiesta y tienes que conseguirme eso sin falta. Vale me pongo a ello, le dije. Claro yo flipaba, 900 pavos para la buchaca y  además de una tacada. Esto me gustaba. Desperté al colombiano y se quedo tan sorprendido como yo después de cagarse en mis muertos al principio, por la intempestiva llamada. Lo recogí y allí estaba  entrando directamente a la habitación xxx del tercer piso del lujoso hotel en el centro de la ciudad. Era una Suite llena de toallas usadas por el suelo, dos mujeres semidesnudas sentadas en un sofá tomando algo y fumando. A su lado, una cama enorme y deshecha con un buen puñado de billetes de 50 y de 500 desperdigados por encima. Allí, un tipo bajito, serio y con albornoz al que salude y le enseñe la mercancía, apenas hablamos, la probo, cogió 1800 euros , me los entrego y me dio las gracias. Cuando me marchaba me dijo - Espera, toma, para que te tomes una copa - y me soltó 20 pavos. ¿ No es maravilloso ? en mas o menos una hora me acababa de ganar casi mil pavos. Por supuesto y dada la hora que era, me serví una fila y me acerque hasta el barrio chino o las Cortes. Allí estaba el famoso Edén, un club que abría a partir de las seis de la mañana y en el que yo me he tirado horas y horas que son del todo alucinantes. Siempre tenia un montón de chicas estupendas y divertidas a esas horas que no paraban de subir y bajar. El ambiente era el que era, allí íbamos a desembocar lo mejorcito de cada casa y por supuesto, todos bien puestitos. Y salvo algún día que surgía algún idiota que se había perdido y la montaba, el ambiente para esas horas y en esas condiciones, era el adecuado, mi preferido 

Imágenes de Internet

Fui tomar una copa para celebrar la buena venta realizada y una vez mas se me fue la puta olla. Eran las diez de la noche, hora en que cerraba el club y allí salía yo con una colocón del cuatro. Sin los dos gramos que me había llevado para la ocasión y con tan solo 20 euros en el bolsillo. No se ni las copas que tome ni con cuantas mujeres estuve, solo se que de nuevo había echo el gilipollas. Una vez mas me perdió mi obsesión por el sexo, las mujeres y mis ganas de vivir cada minuto de mi vida con si fuera el ultimo. Deje el coche allí y me fui en un taxi porque siempre mi máxima era no perder el control de las situaciones. Se acababa así una jornada que podía haber sido perfecta y fructífera, pero lo que viví aquel día fue glorioso y no fue el único en aquel fantástico lugar de perdición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esté de acuerdo o no con lo que escribas, nunca te quitaré el derecho a expresarte como quieras sepas o puedas. Ese mismo respeto lo tengo conmigo. Si es para difamar o insultar NO sale. Gracias por venir...