domingo, 7 de marzo de 2021

LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 61

Estaba claro que con estas salidas de tono y de todo yo no me postulaba para ser un traficante y vivir de esto. Ahí aprendí que los que pretenden hacer de la coca un negocio, la regla de oro es no consumir, precisamente para que no ocurran estos desmanes. Y mas si te mueves en el mundo de la noche, versión clubs de alterne. El desenfreno que vivimos todos entre el año 2007 y hasta que llego la gran crisis un año mas tarde, era brutal, hablo de lo que yo vivía directamente en el ambiente que me movía. La gran mayoría de mujeres consumían y otras - las menos - la utilizaban para trabajar ya que si no tenias no te comías nada. Es lo primero que pedían los clientes y el anzuelo de las Lumis : ¿ Nos hacemos una fiesta blanca ?. Comenzaron los controles de carretera entre Cantabria y Euskadi, la Guardia Civil por un lado y la Ertzaintza por otro. Mucha de la farlopa que se movía en el País Vasco llegaba por la parte cántabra y recuerdo que entre los dos cuerpos policiales hubo mas que palabras ya que también había presuntamente negocios oscuros compartidos y rivalidades varias. Basta con acudir a las hemerotecas para comprobar lo que señalo. Además hubo un asunto que lo viví de cerca porque conocía de vista al autor y a su circulo. Me refiero a la detención de  un alto mando de la policía vasca dedicado a combatir el trafico de drogas. Los clubs de alterne son lugares donde si eres discreto, callado y observador, te enteras de todo y mas se tienes buen rollo con ellas. Camareros, porteros y encargados de locales también eran un fuente de información cuando te convertías en un cliente diario. Ellos saben perfectamente a que te dedicas y solo si no eres un nota, hacen una vista gorda interesada.

Mi vida comenzaba a ir cuesta abajo y era perfectamente consciente de ello y además mi faceta de trapichero era un caos ya que a la hora de saldar cuentas, siempre me daba negativo y tenia que poner dinero. El problema siempre venia por lo mismo, mi enganche al sexo, a la fiesta y es que si además movías tema, tenias siempre mujeres dispuestas y precisamente por ahí fue mi ruina, mi ocaso. Todavía conservaba un par de follamigas, pero con la que mas me veía era con la empresaria de alimentación, sobre todo para cenar ya que me pillaba de paso cuando comencé a moverme por Cantabria. Viajaba hasta allí dos veces por semana llevando conmigo entre doce y quince gramos en bolsitas blancas para vender. Antes, quedaba con mi amiga, cenábamos, echábamos un polvito, charlábamos un poco y después me marchaba. Ella sabia perfectamente con quien estaba, como era y que hacia, pero como no le daba problemas y si momentos buenos, se dejaba llevar. Salía sobre las diez de la noche de su casa, metía las droga en un hueco del aire acondicionado del coche, me ponía una buena raya y me iba del tirón hasta Torrelavega a un club regentado en aquel entonces por gitanos y que trabajaba muy bien. Siempre había conocidas y cada vez que iba vendía entre cuatro y cinco gramos. Después salía de nuevo hacia Bilbao pero parando en los cinco o seis  garitos que había en el camino, siempre había Lumis que eran clientas habituales allí donde estuvieran. Si no era antes era después, pero siempre me hacia una o dos fiestas, bien con mujeres conocidas o con alguna nueva que me llamara  la atención. La cosa es que por entonces la mayoría tenían plaza de treinta días. Pagaban una cantidad diaria por vivir y trabajar en el local y así disponían de la habitación como quisieran. Por supuesto también eran ellas las que cobraban o no sus servicios, con tal de abonar diaria y religiosamente al club. Así que siempre caía en la tentación haciendo la cuenta de la vieja : " Le doy un gramo que a mi me cuesta 30 pavos y me hago un par de polvos  ". Estaba de puta madre planteado, ella encantada y yo tanto de lo mismo, si no fuera porque además de el par de copas que pedía y las rayas que corrían en la sesión, eran a cuenta mía por supuesto. Y gramo o gramo y medio se iban casi sin querer, con lo cual, las cuentas no cuadraban y no lo hicieron nunca.


Imágenes de Internet

Comencé a darme cuenta que me estaba metiendo en un agujero peligroso cuando tuve que poner dinero del poco que me quedaba ya que las cuentas no cuadraban a la hora de saldarlas con el colombiano. Y ahora si, ya estaba dependiendo completamente de lo que vendía y reaccioné, pero la mala suerte hizo que se me estropeara el coche con una avería gorda de la que no pude hacerme cargo, tampoco del pago del seguro , aún y así intenté remontar pero tenia muchas limitaciones para moverme. Después deje de pagar el alquiler de la casa porque no tenia como y acto seguido me cortaron la luz. Mi mundo y mi vida se desvanecían, estaba a la deriva y con un futuro incierto. Me lo había ganado a pulso. Ahora la incertidumbre era la única que me abrazaba cada día al despertar y asumía, como no podía ser de otra manera, mi nueva realidad. Siempre fui muy consciente de lo que pasaba y hacia donde caminaba mi existencia, por eso nunca ocupo un lugar en mi vida, ni el reproche ni el lamento. 

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