Quedaba con Sara frecuentemente algún Domingo que otro para invitarla a comer y pasar el día por los pueblos de alrededor. Y también hablamos a diario por teléfono. Se acercaba un puente de tres días y le propuse pasarlo juntos, algo que al principio de conocerla no paraba de decirle, pero ahora estaba mas tranquilo. Tenia la impresión de que fuera lo que fuera de mi, algo le gustaba, le atraía. Era de familia con pedigrí, su padre, un otorrino muy conocido en la ciudad pero alejada de ser una pija o una niñata. Tenia mucho carácter transmitía seguridad y aunque su aspecto era serio, en las distancias cortas era charlatana y divertida. Entonces que dices ¿ Te apetece que nos vayamos por ahí ? le pregunte. Pues si, es buena idea. ¿ Y donde vamos ?. Le dije que a Navarra, a la zona de Isaba, no conozco, me dijo. Un rincón precioso que ya tenia echado el ojo para cuando surgiera este momento le contesté. Además era invierno y tenia que estar precioso. Cuando llego el día la fui a buscar y desde que se monto en el coche, los dos sabíamos que esa misma noche podía pasar algo. Es mas, me atrevo a decir que los dos queríamos que pasara, pero desconocíamos el como. Reconocimos después, que el viaje lo hicimos algo nerviosos. Yo quería que fuera algo especial porque así lo deseaba y elegí un hostal precioso, de esos de piedra y madera que tienen su chimenea y todo. Estaba situado en mitad del pueblo y aunque éste no era muy grande, se hacia muy acogedor. Subimos a dejar las dos maletitas de equipaje y a dar un vistazo a la habitación. Llegamos ya entrada la tarde y hasta la hora de la cena, nos fuimos a tomar unos vinos a los cuatro bares que tenía. Había mucha gente joven, gente de monte y cuadrillas que les gustaba la naturaleza. El ambiente era divino así que después nos fuimos a cenar a un asador donde quedamos extasiados, todo rico y perfecto. Después dijimos de ir a tomar unas copas, pero al salir estaba nevando bastante y fue Sara la que dijo ¿ Porque no pillas unas copas y nos vamos a la habitación ? no me apetece nada estar por la calle, además, estoy llena. Si ,esta bien, me parece buena idea le contesté. Fui al bar del Hostal , pedí una coctelera con hielo, una botella de Cacique y unas Coca Colas.
ISABA / NAVARRA
Cuando llegue a la habitación, Sara se había puesto cómoda con una camiseta larga a la altura de sus muslos que apenas dejaba ver un poco su ropa interior. Yo me puse algo similar. Parecíamos dos adolescentes en su primera vez ya que estábamos algo nerviosos, tontos. Ella sabía lo que pasaría después, yo lo estaba deseando. Pasaron mas de dos horas y unos cuantos cubatas, entre risas, dobles palabras, y juegos de todo tipo, que por supuesto queda en la memoria de los dos. Al final, todo sucumbió a través de un masaje, no fallaba nunca. Hicimos el amor al principio, mas tarde follamos como poseídos hasta que nos quedamos dormidos a las tantas de la madrugada, mientras fuera no paraba de nevar. El despertar fue mágico, divino, la habitación se impregno suave y lentamente de un olor a pan recién horneado y a bollitos que nos despertó dulcemente. Antes de bajar volvimos a follar y hasta echamos un sueñecito ligero al terminar. Después de una ducha calentita fuimos a desayunar. Había un bufet no muy grande, pero al que no le faltaba de nada, todo estaba siendo perfecto. Nos pusimos ciegos, ella también era de buen comer como yo. Y claro, después de tanto ejercicio ya se sabe. Decidimos a pesar de la nieve dar una vuelta por los alrededores, pero no teníamos prisa. Subimos a la habitación y antes de vestirnos para salir nos entro la pereza y volvimos a la cama. Estábamos doblados, pero aun y así, volvimos a follar durante un buen rato y esta vez si, caímos en un sueño profundo casi hasta la hora de comer. Y por supuesto ya no salimos hasta la noche, que lo hicimos para tomar el aire mientras íbamos a cenar.
A partir de ese fin de semana podría decirse que comenzamos una relación formal. Habíamos descubierto que sobre todo nos unía la cama, porque ni ella ni yo nos enamoramos al uso, mas bien nos sentimos atraídos intensamente, cada uno con sus razones. La verdad es que estábamos agusto porque era una historia adulta donde lo pasábamos bien. Teníamos mucho filing el uno con el otro y algunas cosas en común. Sara era la única de las tres hermanas que vivía con sus padres, las otras dos estaban casadas desde muy jóvenes. A partir de comenzar a salir, cuando llegaba de trabajar la iba a buscar, íbamos a mi casa, cenábamos, nos echábamos un polvito y después de madrugada la llevaba a su casa. Se me hacia duro, porque al día siguiente tenia que madrugar. Por eso meses después deje de llevarla y se marchaba en taxi. Ella lo entendía perfectamente a pesar de la pereza. Un día mientras cenábamos le dije que para estar así es mejor que viviríamos juntos. Me dijo que sus padres - católicos - no lo verían bien ¡ Pues casémonos ! le dije. Al día siguiente fuimos a casa de sus padres, sabían de mi existencia en la vida de su hija pero no nos conocíamos y allí que le soltamos nuestra intención. Si así lo habéis decidido vosotros veréis, es vuestra vida, nos dijeron. Yo sabia perfectamente que no era el prototipo de hombre que querían para su hija, pero ella tampoco era la hija que ellos creían o pensaban. Digamos que Sara fue la rebelde, la que no pasaba por el aro. Alguna vez me vieron en la televisión y no les caía muy bien, según me conto Sara, decían que era muy mal hablado y muy soez. En eso no tenían razón. Por supuesto también sabían de mi pasado con la política. En definitiva, esa boda se llevo a cabo a pesar de todo. Visto ahora con el tiempo, fue todo tan rápido, tan loco que me parece increíble. Evidentemente era otra coyuntura, otros tiempos.
Que curioso es todo en la vida. Una vez formalizada nuestra relación y la decisión de casarnos, muchos días nos quedábamos a cenar con sus padres. Su madre era mas bien tiesa, la esposa dedicada en cuerpo y alma al medico reconocido. El era un tipo afable, generoso, con el que me llegue a encariñar y además ,fue algo reciproco, nos unía el sentido del humor y las partidas de ajedrez que nos echábamos. Se reía mucho conmigo, tanto que una nochevieja, la única que pasamos juntos, no recuerdo que le conté de cachondeo que comenzó a reírse de tal manera, que casi se nos ahoga. Nos acojonó, la verdad. Aunque después recordábamos el momento y volvíamos a reírnos haciendo comentarios sobre aquel día que casi la palma.. Ya teníamos fecha para la boda, sería en el mes en el que se desfloran los almendros, Noviembre, el diecisiete del dos mil. Le dije a Sara que teníamos que viajar al pueblo a presentarle al hombre oscuro que vivía en la casa que me dejo de herencia mi madre. Por supuesto ella estaba puesta al día de quien era ese señor que vivió junto a Azucena y un fin de semana nos acercamos hasta allí. Aquella casa no era ni la sombra de lo que fue cuando mi madre vivía, estaba vieja, sucia y dejada. No me sorprendió, pero me dio un poco de apuro que Sara lo viera, aunque ya le advertí sobre ello. Le presente a mi futura mujer y le dije el asunto de la boda. Nos dio la enhorabuena , después nos dijo que el no podía aportar nada, no tenia dinero. No importa, le dije, no hace falta, esta todo arreglado, tu estas invitado, así como la que fue la única amiga de mi madre y su marido también, eso es todo. Y es que mi futuro suegro se hacia cargo de todos los gastos.
A finales de 1999 se me torcieron las cosas en la distribuidora. Una jugada del hermano de la jefa, por supuesto con la complicidad de esta, me dejo sin ser el delegado directo de la compañía catalana. Esta, quería tener su propia red de ventas y dejaba de delegar en nadie mas. Me sentó tan mal, fue todo tan rastrero que pedí la cuenta y me marché. A un año de mi boda, estaba en el paro y la verdad no contaba con eso, pero después de lo que me hicieron no podía permitir que se mearan en mi dignidad. A los dos o tres meses y no se como, conocí a un italiano, Paolo, se llamaba. Estaba buscando a alguien capacitado para la venta y que fuera mas que nada relaciones publicas. El asunto era para acompañarle por todo España en las visitas a videoclubs ya que no hablaba muy bien castellano. Vendía maquinas de Video Cajero muy asequibles, entonces muy demandadas . Bueno le dije y cuales son las condiciones ? Mientras estemos de viaje, tu no pagas absolutamente nada y por cada maquina que vendamos te llevas el 50% , la mitad, así de simple. La mas barata y la mejor costaba 1.800.000 pts así que imagina el pastón. Al principio me sonó todo muy bonito para ser real, pero queridos míos, no solo fue cierto todo lo que me prometió, sino que además formábamos un tándem perfecto. No recuerdo el tiempo que estuvimos juntos, creo que que unos ocho meses, pero en ese devenir vendimos muchas maquinas y ganamos mucho dinero. Lo mío era todo limpio y a la buchaca. Eso si, nos lo montábamos bien, nos levantábamos temprano y hasta las nueve de la noche estábamos visitando establecimientos, nos dedicábamos seria y exclusivamente al asunto. Después, hubiéramos realizado o no alguna venta, era sagrado ir a cenar en condiciones y tomar una copa en un club de alterne. El cabrón del italiano manejaba pasta y le gustaban las cosas buenas. Vendíamos una media de una maquina por semana, así que imagina lo que ganábamos. Todas las historias que vivimos fueron increíbles pero quedan para nosotros, no se pueden contar. Lo cierto es que cogimos muy buena amistad, pero un día se acabo todo y lo peor es que no recuerdo como, ni porque y me gustaría acordarme, lo digo sinceramente. Pero bueno en mi cabeza no hay ningún mal rollo de ese tiempo, lo cual me quedo tranquilo. Sara mientras tanto, formalizo una pequeña empresa dedicada a las actividades extraescolares junto a una amiga.
A meses de mi boda y tampoco recuerdo el como ni el quien , me ofrecen llevar para el País Vasco la representación de una multinacional del videojuego, la Virgin Interactive, con unas condiciones de escandalo ya que estaba emergiendo en el mercado : Sueldo, 280.000 pts, coche de empresa, teléfono y todos los gastos de hotel, comidas etc. La sede de la empresa estaba junto al Ministerio del Interior en Madrid, recuerdo que pagaban cinco millones de pesetas de alquiler al mes, una locura. Pero lo demasiado bueno, dura demasiado poco, apenas un año. El 22 de Diciembre del 2001 cambió la estrategia comercial en la compañía al entrar un nuevo Director de Ventas. Nos citaron a toda la red exigiéndonos que acudamos en el coche de la empresa y no en avión como hacíamos siempre. Nos olíamos lo peor y todos acertamos, ese mismo día nos toco el Gordo, nos despidieron a todos con finiquito e indemnización incluida. Bien remunerados, eso si. Pero otra vez en la puñetera calle.
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