viernes, 5 de febrero de 2021

LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 43

Mi nuevo trabajo de delegado para la Virgin, no solo me salvo el culo, es que además las condiciones no podían ser mejores. A Sara y a su amiga tampoco les iba mal con la mini empresa que montaron de actividades extraescolares, así que  después de confirmar la boda, decidimos vivir juntos. Hacíamos una vida muy casera aunque los fines de semana salíamos a comer o cenar donde nos apetecía. Lo hacíamos solos y a veces, invitábamos a sus padres o ellos a nosotros. La rutina era llegar a casa después de currar, por lo general ella lo hacia antes que yo. Preparaba la cena y la comida siempre ya que Sara no solo no sabia cocinar, sino que además de no gustarle, ni tan siquiera lo intentaba. Después nos hacíamos una de sofá a ver la tele o una peli y cuando nos íbamos a la cama, siempre caía un polvito.



Pero es curioso, aquella fogosidad del principio donde no había horas o lugares para follar, se había difuminado. Ahora el sexo era mas tranquilo, algo biológicamente rutinario, precisamente es cuando me doy cuenta de que ese tiempo mientras dura la pasión, el deseo y todas las locuras del mundo es lo que yo podría definir como "estar enamoradamente loco" por alguien. Algo que podría rozar la obsesión Pero es que yo no estaba enamorado yo me sentía mas bien un crack. Había conseguido que una mujer que llamaba la atención por donde pasaba, estaba conmigo y además nos íbamos a casar. Aquella mujer que me costó tanto meses conquistar, estaba allí a mi lado. De verdad que me sentí muy orgulloso de mi porque casi todo lo que me propuse hasta ese momento de mi vida, lo había conseguido a través de la perseverancia y la seguridad en mi mismo. La calle, la vida, la soledad padecida a través de los años, me enseñaron a ser fuerte y a creer solamente en mi. Aun y así yo me dejaba llevar como el tronco que arrastra un rio, aunque tampoco me hacia una ilusión especial la boda y todo su engranaje. Me sentía inseguro, como si la libertad con la que siempre anduve por la vida estuviera llegando a su fin. Y es que de lo único que me preocupe siempre era tener trabajo y no tener grandes responsabilidades salvo el cuidado de mi. Pero aun y así participe en los preparativos, aunque lo de las mesas me parecía un rollo eso de sentar a los invitados y como distribuirlos, así que Sara se encargo. Por mi parte éramos pocos, el hombre oscuro, el matrimonio amigo de mi madre y una docena de amigos. Su familia y allegados eran el resto y si mal no recuerdo, creo que fuimos unos 125 seres humanos en aquel salón del Hotel Indautxu. También hablamos de hijos, bueno mas bien fui yo quien le decía : Me encantaría tener una niña, seria guapísima como tu. Le dejaría el pelo largo y la vestiría con vaqueros, ropa informal, que fuera mas moderna que las que veía a otras parejas. Hasta tenia un nombre, no recuerdo bien si era Paula o Candelas. La verdad, no se porque decía esas cosas, ya que eso si que era una responsabilidad y muy grande además. Después de casarnos los dos confesamos que en realidad, no nos gustaban los niños. En eso coincidimos, nos parecían un coñazo una carga. Yo en concreto, nos los tuve pero ayude a que otras los tuvieran ( eso te lo cuento cuando llegue su capitulo ) y creo que ella tampoco.



SALON ÁRABE / AYUNTAMIENTO DE BILBAO


MENÚ DE BODA

Llegó el día, desgraciadamente salió lluvioso, pero allí estaba en la suite del hotel donde además del ágape, pasaríamos la noche de boda. Llegue a las dos de la tarde junto una pareja de amigos para acompañarme mientras me ponía el traje y me preparaba. Hasta las cinco de la tarde se me hizo eterno, la boda era a las cinco y media, teníamos tiempo, pero los nervios y que todo saliera bien, era mi preocupación y no quería llegar tarde. Allí estaba yo subiendo las escaleras del Ayuntamiento de Bilbao entre un montón de gente que en su mayoría no conocía, eran familiares y amigos de Sara. La entrada estaba abarrotada y había una luz de lamparas tan intensa que lo iluminaba todo, dejando ver la belleza del edificio. Y no te cuento nada cuando me llevaron al llamado Salón Árabe, lugar donde fuimos esposados. Me puse en el lugar señalado acompañado por Adela, amiga y madrina. Al poco la marcha nupcial anunciaba que llegaba la novia, lo hacia de la mano de su padre y realmente además de guapa estaba espectacular. Mas tarde en el salón pudimos disfrutar de un menú fantástico y exquisito donde todos quedaron encantados. Hicimos el baile principal de aquella manera y entre risas y me pareció todo un detalle que Sara sacara a bailar al hombre oscuro que junto a la pareja con la que vino, estaba allí sentado, callado y observando todo lo que pasaba a su alrededor. Se me olvido decir, que la cena de pedida de mano o presentación de familia mas directa que hicimos días antes, el estuvo a la altura de la circunstancia.


Después de cenar, bailar y beber como cosacos y cuando ya el salón comenzaba a desfilar gente, unos amigos de mi mujer  y algunos míos decidimos salir a tomar unas copas. Nos dieron las tantas, cuando entrabamos Sara y yo por la puerta del hotel. Me resbalé y me di una ostia en la rodilla contra la puerta que me hice una buena raja, no sangraba mucho porque no era profunda, pero dolía que te cagas. Por supuesto, entre el cansancio y las copas, esa noche no consumamos ni el acto ni nada, nos quedamos fritos. Al día siguiente me desperté primero y además a carcajada limpia, Sara se despertó extrañada y preguntándome ¿ Pero de que te ríes ? Mira, le dije señalándole una mancha de sangre en mitad de la cama, fruto de mi rodilla herida ¡ Ahora cuando hagan la habitación pensaran que has sido desflorada ! y nos estuvimos descojonando un rato, tu rodilla nos ha delatado, me dijo. El viaje de novios lo hicimos una semana después. Teníamos dos opciones : La primera, quince días en Puerto del Carmen ( México ) en un hotel de todo incluido. Y la segunda, una semana en New York en pensión completa y viaje en Helicóptero por la ciudad. Ella eligió el primero y aunque me apetecía mas el segundo no me importo. Bueno, hasta que llegamos allí .... 

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