miércoles, 13 de noviembre de 2019

" Un abrazo en 48 Horas de Noviembre "


Espero que nadie dude ahora de que si dejamos de lado el interés propio el de partido y nos centramos en lo que de verdad importa, las cosas salen. Todo puede ser posible, sin dilación, sin perder el tiempo y sin provocar un gasto económico absurdo y un desgaste social y político que no trae nada bueno. Pero como dice el refrán, solo cuando ves las orejas al lobo reaccionas.


Este abrazo de 48 horas que todo pudimos ver tiene muchas interpretaciones, pero de ello se encargaran como siempre los gurus de los medios y sus secuaces. Pero ademas de esto, esconde mucho cinismo y ninguna auto-critica lo cual resta valor ético a ese cariño repentino. Acaso el señor Sanchez no debería analizar públicamente la osadía de tratar de arrebatar el centro a Ciudadanos, cuestión que ha sido su fijación y sin embargo nadie ha venido de allí en su hundimiento. No debería fustigarse un poco por los casi 800.000 votos perdidos mas tres diputados menos ?. Como también tendría que decir algo el señor Iglesias a raíz de la perdida de diez de sus representantes en el Congreso y otras fechorías internas. Pero además de todas estas explicaciones deberían pedir perdón a los ciudadanos/as porque para este viaje las alforjas y todo su contenido sobraban. Cuarenta y ocho horas, dos días han tardado en fraguar algo tangible con nocturnidad y alevosía. Atrás quedan cinco meses mas mareando la perdiz y desgastando expectativas. De momento - salvo para sus afines respectivos - todo es una incertidumbre. Hay muchos intereses empresariales que están inquietantes, así como las grandes corporaciones y el mundo de la banca y las finanzas. Y no me cabe duda que serán un piedra en el zapato ante un autodenominado gobierno progresista. Pero no serán los únicos, las fuerzas de la oposición también estarán al acecho.



Y para ser justos y olvidando por un instante lo escrito anteriormente, es aire nuevo y tal vez algo de ilusión porque esto cuaje. Necesitamos un poco de esperanza y salir del hartazgo diario, de las declaraciones, de las promesas, de las broncas y las amenazas de todos para todos. Solo después de que vea ese interés de verdad por parte de los hacedores del nuevo proyecto en marcha, tal vez vuelva a las urnas. De momento prefiero seguir no esperando nada, así no me defraudare de nuevo. Por lo tanto disculpen que me siente en esta terraza imaginaria, pida un cerveza y me fume un buen porro, esperando de nuevo al Godot de siempre, ese que no termina de llegar.

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