Siempre que pasaba cerca me daban ganas de desviar mi camino y adentrarme en el desierto cercano a Tabernas en la provincia de Almería. Sabía que en aquella zona existía un lugar donde se habían rodado muchos de los mejores Western de la historia. Era curiosidad o un cierto morbo, pero nunca paraba, pasaba de largo y no se porque. Sin embargo esta vez no fue así, ahora quise darme un alto en el camino y visitarlo expresamente. Llegue a Tabernas ya entrada la noche y allí me quedé a dormir. Al día siguiente y en apenas siete kilómetros llegue a Fort Bravo, lugar donde se asienta este set donde la mayor parte es de madera y que simula un pueblo del viejo oeste dentro de las montañas y en ese paisaje árido y fantasmagórico. Apenas unos metros del puesto de entrada se aprecia un fuerte, lugar donde habitaba la caballería americana pero nada que ver. Tan solo es un esqueleto por fuera y por dentro un solar vacío de todo. Después un aparcamiento y unos metros más, la entrada. Un escenario pequeño en medio de la nada, pero allí se rodaron muchos de los grandes clásicos y en aquel lugar estuvieron las grandes estrellas de este género de cine. Con la entrada tienes también un paseo por el pueblo montado en carreta. Una tienda de fotografías por si quieres hacerte fotos vestido de la época. Un museo de atrezzos y una cantina con restaurante es lo único de ver con vida. Además por supuesto de los pases simulando escenas de película, una dentro del bar y otra fuera en horas distintas y durante treinta minutos más o menos.
No más de veinte personas mas o menos entre hombres y mujeres son los encargados de que aquello siga funcionando. Sinceramente tengo que decir que lo hacen muy bien en un lugar que denota decadencia. Las cenizas de lo que un día fue para el séptimo arte. Tuve la oportunidad de establecer con varios vaqueros la complicidad de una charla más allá de las preguntas y observaciones convencionales. Uno de ellos, apodado Taco es el que más tiempo lleva de actor, incluso a participado en muchas películas junto a los grandes de ayer y hoy. Su aspecto de verdadero forajido impone como todas las cosas que me contó de su trabajo de su vida personal. Me apetecio regalarle un chaleco de cuero negro que llevaba encima con la condición de que lo usara como su atrezzo y asi me lo prometio. Me dio las gracias y note que le había gustado, el gesto y el chaleco. Su historia como la de todos/as los demás son apasionantes y duras en aquel lugar. Que por otra parte no quieren dejar porque se encuentran muy agusto haciendo lo que hacen. Estoy convencido que si no hubiésemos establecido esta charla estos momentos, la visita se queda muy pobre y algo aburrida.
El lugar se mantiene, esa la verdad, ya que todavía hoy se ruedan escenas de películas españolas y extranjeras, anuncios publicitarios etc. Además trabajan con visitas de colegios, y visitas concertadas cuando no es periodo vacacional. De todo ello sobrevive, aunque estoy seguro que si se invirtiera dinero sería otra cosa mucho más alucinante. Así que tengo que ser sincero, si estas por la zona date una vuelta por allí. Pero no es un sitio para recomendar ver sin falta aunque sea histórico. A pocos kilómetros de este lugar abrieron algo parecido con un Zoo incluido, pero ya es otra cosa más moderna y nada que ver con el que un dia fue el escenario de nuestros sueños infantiles. Y no tanto.
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