Se que el asunto del ocio nocturno es complicado de tratar porque requiere un estudio global. No se trata de estar constantemente llamando a técnicos de todo tipo para que hagan análisis de ruidos. Ni tampoco de tener día y noche a los inspectores comprobando los aforos y las licencias - que también - Se trata de analizar y buscar soluciones a un problema que afecta ya a demasiados vecinos de la villa. Se tiene que poner a debate un problema social de convivencia y el derecho al descanso. Por supuesto también el derecho al ocio y la diversión. De los dos y como señalo siempre, el mas importante es el primero. En ese orden del día y sobre todos los demás puntos tiene que darse el prioritario : ¿ Que ciudad queremos ?.
- Nota -
"El artículo no hace referencia concreta a ningún local. Las imágenes son de archivo de artículos en prensa. Se cuestiona que estos locales - el que sea - sigan siendo explotados en núcleos urbanos "
A estas alturas de la película tengo la impresión de que las autoridades municipales se ciñen a un estricto protocolo garantista. Acuden a la ley y a la norma. Lo han hecho siempre. Y no esta mal, pero no basta, como estamos viendo y comprobando. Por mucho que los locales se ajusten a los indices de sonoridad y aforo, el problema seguirá en la calle porque estos locales están en diferentes puntos del corazón de la ciudad. Solo sacando este tipo de negocios a los extrarradios o lugares creados a Doc los ciudadanos encontraran la paz nocturna que ahora muchos no tienen. Y por supuesto también para todos aquellos que decidan alargar la fiesta y la noche, tendrían su espacio. Considero que tal vez sea una solución complicada y difícil pero hacer política es precisamente eso. Yo por muchas vueltas que le doy no encuentro una alternativa mas objetiva y mas real.
El Ayuntamiento tiene un gran marrón y lo sabe. Ahora mismo hay asociaciones de vecinos que están juntando sus inquietudes, sus quejas y el gran hartazgo porque dicen sentirse ninguneados. Según señalan, el gobierno municipal no aporta nada mas que la aplicación legislativa del asunto y el control de ruidos en los establecimientos señalados - y no siempre - . Y también llenar las madrugadas de agentes y coches de policía para intentar controlar la masa de gente a la entrada y salida de estos locales. Pero no solo la alcaldía esta en el punto de mira por estas cuestiones, algunas asociaciones vecinales ya han interpuesto denuncias y demandas judiciales que ahora están en curso, ante el abandono en el que dicen encontrarse. La cosa es grave y no parece que esto se vaya a calmar. Por lo tanto, el Ayuntamiento que preside el nacionalista Aburto tendrá que agarrarse los machos porque esto lejos de aminorar seguirá creciendo. Y como siempre se dice : " Luego tal vez sea tarde ". De nuevo tengo que decir que hasta ahora en este y otros asuntos muy parecidos lo único que han hecho los responsables políticos es parchear y dejar que el temporal escampe. Y de nuevo esto no vale.
OTROS LUGARES
Tal vez el empeño del concejal Gil de tratar de contentar a todos sea loable, pero es imposible y por supuesto lo sabe. Sigo insistiendo que el problema esta en la manera de entender la fiesta todos aquellos/as que salimos o hemos salido alguna vez. Somos cabestros desbocados y anarquistas de noche y colocón. No se si sera una manera de ser de los habitantes peninsulares, algo tradicional como la lotería de navidad o un virus que cogemos al nacer. No tengo ni idea. Pero la noche bilbaina y en puntos determinados de la ciudad donde se encuentran las guaridas, los moradores se transforman en sus idas y venidas al mas puro estilo del Doctor jekill a todos los niveles. Y en no pocas ocasiones meamos, vomitamos y cagamos en los portales o donde cuadre. Tocamos timbres a horas temibles, rozamos pechos y culos pidiendo disculpas y un teléfono para quedar. Y no solo eso, también en nuestro deambular rompemos retrovisores, clavículas y cabezas en tumultos impregnados en todo tipo de sustancias artificiales que nos cambian el entorno y tal vez la realidad. Admitamos esto y seamos conscientes de que todo reside y parte de la sociedad que hemos creado. Pero sabes que es lo mas triste ? que la seguimos manteniendo sin pudor. Para cambiarla se necesita mas que nada tiempo, arrojo, valentía y conciencia. Algo que tal vez llegue en otras generaciones. Mientras tanto tenemos que conseguir urgentemente los antídotos necesarios para no terminar devorándonos entre nosotros.
Esto no son palabras huecas ni elucubraciones paranoicas surgidas de mi cabeza, es un hecho que pasa desde siempre y que ahora hay que atajar sin duda partiendo de la auto-critica. Sobre todo porque todos lo afectados/as han dicho basta. Lo que señalo puedes apreciarlo y suscribirlo si un día decides salir a dar una vuelta por la noche bilbaina con la única intención de observar lo que pasa. Mas que nada, para que después nos digas si los vecinos/as que se quejan y las asociaciones que han surgido a raíz de este problema tienen o no argumentos para hacerlo y para seguir luchando por sus derechos.