Si, es cierto, yo también formaba parte de los mas de cinco millones de personas que el pasado Domingo vieron " El Debate " que el crack Jordi Evole logró llevar a La Sexta. Me senté con la intención de escucharlos y obsérvalos detenidamente porque me encanta analizar cada movimiento y cada gesto. Pero también porque necesito como muchos otros seres humanos, un poco de aire fresco, nuevas palabras, otras entonaciones en los argumentos y sobre todo grandes dosis de honestidad. Tengo mas de cincuenta años escuchando a los mismos de siempre aunque tengan distintas caretas. Asistiendo día a día al engaño y sintiendo siempre sus consecuencias. Y mientras tanto, a aquellos a los que ofrecí esa confianza, llenaban sus arcas y entraban directos a las puertas giratorias. La mejor regeneración que puede tener ahora mismo España es cambiar radicalmente de actores. Dejar a los que han llevado a este país a la ruina en al ambigú de los recuerdos. Y dejemos que todo sea un poquito mas equilibrado, mas justo y mas humano. O al menos, intentémoslo. Por eso ahora es el momento y tenemos que apostar fuerte. Estoy convencido que peor no vamos a estar. Es mas, incluso te diría que podría ser el revulsivo perfecto para despertar de una puñetera de vez.
Debate, que bonita palabra. Aquí, ellas, las palabras son las protagonistas. Sabemos que muchas se esfuman, se malinterpretan, se manipulan, se maquillan. Pero siguen estando ahí. Como quedaron en el bar donde surgieron a la luz. No me senté para ver quien ganaba. Una estupidez, por otra parte. Lo hice porque comulgo con la sabiduría, con la sagacidad. Con la inteligente, tranquila y bien informada opinión sobre las cosas que pasan de los hombres jóvenes que allí se sentaron. Sus palabras, sus propuestas, sus objetivos podrían ser asumibles por casi todos los que ahora mismo están leyendo esto que expongo. También valoro que ninguno de los dos pusiera trabas, ni tiempos. Es decir, sin condiciones. Así como el trabajo de todo el equipo que lo produjo. Pero pierde frescura cuando se edita y cierta credibilidad entrecomillas. Tal vez sea porque me gusta el directo. La adrenalina fluye de otra manera. A veces cercana al orgasmo. No obstante, yo sigo esperando el Gran Debate en vivo y en directo. Pero ¿ porque a otros les cuesta tanto hablar si tienen claros sus objetivos ?. Es muy sencillo, porque en su vida todo esta guionizado. Siempre las mismas palabras. Los mismos gestos y poses con los argumentos de siempre. Autómatas sin ningún tipo de afinidad. Seres que son incapaces de sentir la calle y su pulso salvo en " algunos espectáculos bochornosos " en tiempo de elección besando niños, saludando ancianos, o visitando deformes incurables. De verdad, a veces me pregunto si dormirán bien. O de que hablaran en su vida privada con sus hijos, amigos etc. No logro ponerme en su lugar por mas que lo intento.
Necesitamos sabia nueva. Un cambio urgente. Lo saben ellos y lo sabemos nosotros. Da igual lo que digan las agencias de calificación, los banqueros multimillonarios, empresarios de alto standing y todos aquellos voceros que auguran el caos. Hay que dar salida a todas las propuestas emergentes. Tenemos la obligación de pasar página. Es urgente, necesario y moralmente obligado ayudar a cambiar las cosas. Muchos dicen que " los nuevos "no tienen experiencia de gobierno. Eso es algo obvio, pero no resta para poder dirigir un proyecto determinado. Es el gran error de siempre " no mirarse en el espejo ". Si lo hicieran acudiendo a las hemerotecas verían la cantidad de incompetentes e incult@s que han tenido en sus filas. Incluso, ocupando cargos de muchísima responsabilidad. Afortunadamente, Albert y Pablo son jóvenes y están sobradamente preparados para avanzar paso a paso porque de momento creen en la palabra, en el dialogo, en el debate y en el acuerdo. Es innegable, lo vimos todos. Y aunque es pronto todavía ya se sienten y aprecian sus políticas municipales. Y no solo eso, además, colocan líneas rojas infranqueables contra la corrupción y los corruptos. Líneas que no terminan de dibujar y asumir los bipartitos PSOE - PP , por eso, la desconfianza es total. Es cierto que al principio de la charla, Albert se mostraba algo nervioso, gesticulando con el cuerpo hacia delante y muchas veces pegado a la mesa. Se le notaba tenso. Mientras enfrente veíamos a Pablo con el cuerpo hacia atrás pegado al respaldo, las manos casi posadas encima de la mesa y una conversación, tal vez, menos a la defensiva. Pero tampoco lo importante era eso. Lo mejor fue ver un futuro naciente. Intentar volver a creer en alguien que estimule al país, que le de la vuelta. Que se acabe la letanía de cuarenta años.
Vimos a dos hombres jóvenes que representan una generación que nace de la apatía y la desidia y llegan para quedarse e intentar cambiar las cosas. Tienen mucho en común y ellos lo saben. Los dos han sido ganadores de un tiempo que nada tiene que esconder. Se merecen nuestro apoyo y que seamos participes de sus proyectos con nuestro voto. Debemos y podemos dar el cambio. ¿ Tenemos algo mas que perder ? . Hay que ser muy torpe, muy necio o muy inculto si hoy la gente vota a cualquiera de los dos partidos que han formado la historia mas corrupta que hemos conocido. Después de tanto saqueo, tanta mentira y tantas promesas de regeneración incumplidas. Y ese miedo atroz que tienen a la transparencia no lo acabo de entender, salvo si hay demasiadas cosas que esconder. Después de todo quizás ese sea el terror que les secunda.
