Todo por la pasta, por el poder. Tal vez por el partido o quizás todas a la vez. Pero también por ocupar un espacio social ante la podredumbre del Yo. Es una posibilidad. Detrás de todas estas razones se esconden en muchas ocasiones los perdedores de batallas. Esos que nunca fueron nada salvo un carné, un lacayo y una salva con bandera y taberna esperando el momento propicio del paraíso. Pero también de los hipócritas. Esos seres humanos que hondean lo políticamente correcto sin mirarse ni un instante para dentro y observar el despojo que llevan entre la piel.Estas buenas gentes se hacen cargo de todas las revoluciones y se suman sin pudor y sin mirar a cualquier eslogan en nombre de la paz, de la vida, de la tolerancia y cualquier cosa que jesuitamente este dentro de los cánones de las buenas maneras. Ellos y ellas son los puros y castos ante la nueva raza que esta por venir. Pero basta mirarlos atentamente cuando hablan para darte cuenta que el iris de sus ojos no tiene vida. Y en muchos casos, mienten. Un hipócrita no puede dormir tranquilo. Y si lo hace, entonces aquí tendría que ir otra palabra, frase o adjetivo que me llevaría al juzgado de primera instancia. Y de momento me apetece seguir en el filo de la navaja intentando construir imaginariamente un poco de decencia en este decadente paso de miserables baratos que me voy encontrando por el camino.
En una ciudad, en este botxo y a estas alturas nos conocemos todos. El currículum de nuestra vida lo ha forjado el tiempo. El cruel enemigo que difumina palabras y actos y nos deja sin argumentos y sin memoria selectiva. Pero no borra la palabra que se elabora honesta con la única intención de descubrir la mentira a través de la hemeroteca de los desafíos. Estos días ronda una campaña municipal donde unos y otros no han perdido tiempo en firmar masivamente y difundirlo machaconamente en todas las portadas: Políticos, Instituciones, Asociaciones Feministas, etc. La consigna es : NO,ES NO. "Campaña contra el acoso". Y esto tiene un debate serio donde se encuentren los campos de la sociologia, la psicología y la sexologia. Lo digo porque no sea que pretendiendo una cosa estemos construyendo la contraria. No dudo de aquellos seres humanos que anónimamente se suman a la protesta ante cualquier dolor que se infrinja a otro de su propia especie. Pero entre todos ellos está escondido y agazapado el nido de hipócritas. Esos que tienen el poder de los medios y permiten lenguajes sexistas. Retiran programas machistas de sus parrillas televisivas ante las denuncias ciudadanas. Como es el caso de la televisión publica vasca que pagamos todos. Por ejemplo. También me pregunto : ¿ Donde se concentra el movimiento feminista cuando un día cualquiera nos enteramos de un acoso o un maltrato ?. ¿ Donde están ? ¿ Que hacen las cientos de asociaciones feministas de todo tipo y condición cuando cada año enterramos a mas de 50 mujeres y quedan decenas de huérfanos ?. ¿ Por donde se canalizan todas esas supuestas formas de entender el mundo entre sexos distintos ?. ¿ Donde estamos todos cuando permitimos que nuestros hijos vean todo tipo de programas donde el lenguaje, la estética y la figura de las mujeres se degrada cada 20 segundos. Junto con toda esa publicidad subliminal cada vez mas agresivamente solapada y escondida que no forma precisamente en el respeto y la tolerancia hacia ellas. ¿ Donde están esos no pocos manifestantes que en Navidad a sus hijos les obsequian princesas rosas, cocinitas o coches de bebe ?. ¡¡ Y como no ¡¡ ametralladoras Stalone para el machote y valiente de la casa. Todavía hoy. Y no hablo de parejas mayores. Esto es lo realmente preocupante porque no hemos avanzado apenas en lo esencial. He puesto tan solo unos ejemplos pero hay cientos tan importantes como estos. Es triste tener que montar campañas para llamar la atención y no bajar la guardia ante el abuso, el acoso y el ataque. Pero de hacerlo, que sean estudiadas valoradas y completas. Y no aprovechar un espacio masivo y una circunstancia concreta para salir enseguida en la foto y lanzar la consigna. Y en muchos casos maquillar los rastros de hipocresía con declaraciones de guión. Que cada uno se mire para dentro y analice sus miserias. 
Hace tiempo, cuando estaba convencido de que se podría construir un pequeño paraíso, lo imaginaba y soltaba toneladas de energía difuminada en pequeña batallas. Hoy me sumo firmemente y mas que nunca al escepticismo mas absoluto. Ya solo aspiro a seguir construyendo a no mas de 300 metros a mi alrededor mi pequeña bahía de palabras y una selección de personas. También una atalaya con forma de Moai para divisar la linea roja y honesta que intento cada día enriquecer y que jamas cruzare.
