Todo se contradice un poco, tanto putas como drogas están fuera de la ley y sin regular en esta cosa llamada España. Nadie se atreve, todos consumen. No hay que olvidarse de aquella " anécdota" del Congreso de los Diputados, donde unos "periodistas de investigación" analizaron los WC de " ellos y ellas " en la " Sagrada y prostituida Casa de la Palabra" con la sorpresa de encontrar restos de cocaína en sus repisas y salientes. Tampoco podemos pasar por alto, las detenciones de destacados políticos en asuntos de corrupción, donde las visitas a las lumis y a los locales de lucecitas forman parte esencial de sus gastos a costa del erario publico. Es la llamada, gran hipocresía de los pusilánimes y mal nacidos/as. Drogas y putas, la gran respuesta ante tanta basura política y social. Drogas para tratar de no perder el control o para reactivarlo. Putas tarifadas para calmar los cuerpos perdidos ante la inmundicia. Sin embargo, estas dos cuestiones han sabido sobrevivir gracias a que pesar de toda la gran crisis, han mantenido por lo general sus tarifas, por lo cual han dado con la formula y ahora como siempre salvan economías.
Hace diez años mas o menos, media de hora de lumi venia a costar como un gramo de coca, es decir 60 euracos. La locura era total. Ellas ganaban dinero muy rápido y por tanto, los camellos caminaban a sus anchas por desiertos de oro en forma de clubes de alterne. Dinero B al servicio indirecto de las economías de muchos países. También hay que señalar que tanto hoy como ayer la calidad de los productos es bastante mala. Pero ahí siguen resistiendo. Hoy, la cosa es bien diferente. Ahora la Visa ya no nos quiere. A la mayoría se nos ha olvidado como era esa tarjeta que tantas alegría ficticias nos ha dado. Ya no hay crédito. Ahora solo contamos con aquello que tangiblemente tenemos en la cartera y con eso tienes que vivir y arreglarte. Eso nos ha llevado a ser "verdaderos gestores y eminencias en economía ". Gastamos ?, si, pero ahora elegimos y vamos a lo seguro. Bien, pues tal vez esté ahí esta la clave. Ni las señoritas ni la dama blanca, apenas han variado sus tarifas a pesar de tener menos adeptos por imperativo legal. Y saber estar por encima de nubarrones y futuros apocalípticos. Y fíjate tu por donde, nos salvan del abismo. Al menos es lo que parece.
