Desde el año 1993 hasta 1994 que me voy a Chile, estuve haciendo radio. Pero antes de contaros esto, quiero poneros en situación para entender bien lo que viene mas adelante. Hablo de tres mujeres que conocía del bar que marcaran nuevos rumbos cada cual mas diferentes en mi azarosa vida. Una de ellas creo que se llamaba Elizabet, no lo se. Pero tengo su imagen grabada en mi cabeza. Era mas bien gordita, cara afinada, parsimoniosa en la conversación acida , original y divertida. En realidad me gustaba como persona, no era una chica convencional. Hoy seria una Milenium posiblemente. Un día me dijo que si me gustaría ir a un programa en la TV local de la ciudad, donde asistía como colaboradora. Imagino que antes se lo debió de comentar al presentador y le hablaría de como me veía ella. Y añadió, tu valdrías, es para debatir, hacer risas etc. Yo estaba haciendo radio pero podía asistir, era a la diez de la noche. Entonces le dije, pues mira, si. Puede ser divertido, y además no conozco el medio, pero me apunto. A partir de ahí, me quede mas de doce años en ese plató de La Kapital, en Telebilbao. Eso si, todo por amor al arte pero con la condición de poder decir lo que quisiera. Nunca se rompió ese pacto no firmado, siempre me exprese libremente.
Si antes ya era muy conocido, lo de la tele fue de la noche a la mañana, algo increíble. Al parecer, mi manera abierta, natural y a veces un poco bruta de decir lo que pensaba de las cosas. Y que en ocasiones el debate subía de tono y de formas, en las tertulias, nos hizo a todos/as, famosos y/o populares. Fuera donde fuera en la ciudad, notaba las miradas de la gente que me reconocia. Y es que hubo una época que el programa superaba en ocasiones a muchas televisiones generalistas, tenia mucha audiencia. Se emitía de Lunes a Jueves de diez a doce de la noche. Pero como no podía ser de otra manera, tampoco gustaba a todo el mundo. En esas miradas que recibía en la calle, no todas eran de sorpresa por ese que sale en la tele y que es tan mal hablado, porque lo era. También había gente que no me tragaba. Sus ojos lo decían todo al pasar e incluso en alguna ocasión ya escuche algún insulto que otro. Pero eso de ser famosillo en tu ciudad por estar en el bar de moda y encima salir todos los días en la tele, también tenia réditos femeninos. Y así a lo tonto con la cosa del programa, un trago, un poco de jeta y algo de escuela, no me fue nada mal. Solo recuerdo momentos divinos que fueron los que mas tuve. La segunda mujer, se llamaba Begoña. Era amiga de una peluquera amiga mía. Como le gustaba la fiesta y el divertimento, en alguna ocasión venia antes de cerrar el bar y nos íbamos a tomar una copa. Divertida, habladora, fumadora de marihuana y una loca de la vida. Estaba casada con German, un tipo que conoció en la Plaza Nueva, los Domingos de rastro. Los dos vendían cosas, cada uno lo suyo. Los dos eran aventureros y los dos se fueron a Chile. Cuando la conocí estaba sola visitando a sus padres venia, una vez al año y claro, se desmadraba un poquito. Pero tenia los pies muy bien puestos en la tierra, sabia lo que quería. Y la tercera y ultima de las que señalaba que cambiarían mis pasos, se llamaba Elena, la mujer con la que me case y de la que estoy divorciado. Dicho y aclarado esto para lo que viene después, nos vamos al principio de este capitulo.
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Sigo haciendo programas de radio en diferentes emisoras locales y humildes : Canal 3 , cadena Top, FormulaP3, Elite, Candela . Durante un tiempo también realizaba cuñas publicitarias para el programa Hora 13 de Santiago Marcilla en Radio Bilbao. Y asiste a diferentes cursos en Radio Popular y otros. Me cultive y cuide la voz y la verdad es que me sirvió para hacer los programas nocturnos que hacia : Café Cargado, El grillo. Y otros de concursos El Pájaro Loco y otro que vino mucho después llamado La Tarde del Conejo. A finales de 1996 y viendo lo difícil que era poder trabajar en una emisora mas fuerte a escala de la Comunidad, se me paso por la cabeza dejarlo todo y marcharme lejos, fuera del país. Te juro que algún cable se debió cruzar en mi cabeza porque así lo hice. Primero me puse en contacto con Begoña, le dije que tenia pensado marcharme para siempre y comenzar una nueva vida. Con el sueño o la creencia de que en Chile, todo seria mas sencillo. Llevaba ideas, programas y experiencia. Y además nos distanciaban socialmente unos diez años respecto a España, algo nuevo podría aportar allí. Le dije, la idea es que me acogieras unos días en tu casa hasta que encuentre un lugar para vivir. Llevo algo de dinero para mantenerme unos cuantos meses mientras busco alguna emisora. Y es que lo que aquí eran mil pesetas, en aquel país se convertían en tres mil. Me dijo, adelante sin problema, cuando vayas a venir me llamas.
BEGOÑA / GRAN PERSONA / FOTO REAL
Después junté a mi cuadrilla de amigos/as y les dije lo que tenía pensado y dispuesto a emprender. ¿ Y la casa, los muebles, que vas a hacer, y si te sale mal ? piénsatelo bien colega. Y así estuve unos días, pensando, con tan buena suerte que me encontré con una enfermera del Hospital de Cruces, que conocía como no, del Ziri. Tomamos un café y charlamos un rato. Me dijo que le habían trasladado y que estaba por Bilbao en busca de piso. ¡ Joder se me encendieron todas bombillas ! . Le conté lo que tenia pensado hacer en principio para un año, pero con la intención de no volver. Y que me haría un gran favor quedándose para no perder el chollo de mi guarida. Dejaba todo, solo tenia que pagar el ridículo alquiler y sus consumos. La cosa es que si a mi se me encendieron todas las luces, a ella toda la feria. Pensé en lo que me dijeron mis amigos, así al menos, no me lo jugaba todo a una carta, si la cosa no funcionaba. Los dos años y medio de paro se habían acabado, tenia lo justo para el viaje y cien mil pesetas, algo apretado para comenzar una nueva vida, la verdad. Una gran persona que conocía toda mi vida, mis andanzas y parte de mi cuerpo y que confiaba en mi y también en mi proyecto, me dijo que eso era poco pasta. Me dio dinero con la intención de que se lo devolviera solo si me hacia famoso allá donde iba. Era un cerebrito en matemáticas, profesora de Universidad. Una chica intrigante y especial con su locura de genio de los números. Le di un beso de una hora y media y las gracias por todo. Nunca mas volví a saber de ella y supongo que tampoco ella, sabría de mi. Esas cosas que pasan en la vida sin saber porque, la mayoría de las veces.
Y allí estaba en el aeropuerto con mi maleta, trescientas mil pesetas en el bolsillo y media docena de amigos de siempre. Yo no sabia en que nube estaba antes de subirme al avión. No recuerdo nada especial de ese momento. Lo que si tenia en mi cabeza es que me iba al país del dictador Pinochet, a la tierra de Víctor Jara, de Violeta Parra y en aquellos años, emocionaba por un lado y por otro daba temor. Fue una locura que pudo salir mas que bien, si hubiera sido de esos hombres de tener pareja, hijos, y construir una familia en definitiva.
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