Acabo de ver este vídeo y me ha estremecido. Considero que es la mejor manera de describir lo interior del ser humano en cautividad. Por encima de los abrazos que no podemos dar, por encima de las despedidas que no podemos llorar, estan las nuevas sensaciones que vamos descubriendo de nosotros mismos. Es la mejor representación de la libertad en estado puro para el y para los que ahora vuelan sin rumbo, rejas, dueños. Es creer que nunca es tarde y que apenas nos conocíamos antes de esto y tal vez porque no, quizás somos mejores personas de lo que tal vez creíamos. En mi opinión, es el mejor espejo de la multitud de cambios que ya se estan produciendo en el interior de cada uno de nosotros/as. Y bueno, o no tanto, quien sabe, todos los que estan por llegar y que en un primer momento, nos puedan confundir o desorientar. Pero ahí esta el reto del nuevo, desconocido y apasionante tiempo, que ya esta en camino.
Intento hacer un ejercicio de imaginación y dibujo en mi cabeza como pudo ser el instante en el que toma la decisión de dejar de ser un carcelero en cautiverio. Lo veo sentado relajadamente frente a sus jaulas comenzando a verse asimismo en la angustia de las horas por llenar. Las sintió en sus venas y en sus entrañas como puñales gustosos de hacer su trabajo. Tal vez se pregunto que sentido tenia todo aquello que estaba observando. O que le aportaba tener a dos seres vivos encerrados en un zulo con vistas saltando de un lado a otro, en la locura de las horas y los días. Un ser vivo cuya misión en el planeta es simplemente volar libre. Hoy todos somos este hombre. Jamas podíamos haber pensado que presenciar la apertura de una puerta nos dejara tan desvalidos, tan rotos tan vacíos y tan pensativos. Me ha emocionado especialmente. Hasta el pasado año tenia la afición de ir a pescar con tres cañas completas y todo un equipo para pasar una parte de mis momentos de ocio. No pescaba apenas nada pero tampoco me importaba. Allí sentado frente al mar la ria o el río, buscaba el momento intimo y tranquilo para charlar con mis dioses y demonios. Para abroncarlos, sugerirlos o darles la razón si se diera el caso.
Un día intentando extraerle el doloroso anzuelo a una pieza pescada, lo vi agonizando con la mirada llena de pánico y preguntas. Vi la misma imagen otros muchos días, pero este y sin saber porque, se quedo grabado a fuego en mi retina. ¿ Una estupidez ? puede ser. Pero en ese momento el cuerpo me dio un latigazo tan triste y doloroso que mis manos dejaron libre aquel ser vivo entre lagrimas pero tan bien con una indescriptible sensación de bienestar por dentro. Me sentí mejor persona y ese mismo día, me deshice de todo el equipo.
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