en la vida hay balas que se pierden, eso que los técnicos definen como 'balas perdidas' o mas modernamente 'daños colaterales'. Una de esas balas sería necesariamente alojada en cualquier cavidad mortal, a una distancia lo suficientemente cerca, que abrase la ropa la pólvora deflagrada, a esta especie de dos patas denominada ' ser humano '. Te aseguro que nunca dispararía una bala para defender un proyecto, una bandera o una nación. Eso me importa una mierda. Sin embargo daría ráfagas a través de las injustas maneras de reparto en la riqueza en el mundo y por ende, en todo. Por esto y por el maltrato a los animales. Lo siento, no soporto esta prepotente manera de justificar fracasos, frustraciones, falta de autoestima... a través del abuso de poder bajo la zaga, la patada o la soga. Y siempre a lo más débil. Las imágenes detectan perfectamente a un maltratador con todas las papeletas para convertirse en un asesino en potencia. Este es el abominable 'hombre asfalto'. Lo mas inquietante de todo, es que están al doblar la esquina. Si te cruzas con ellos, su mirada es tan heladora e indiferente que uno siente pánico.
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