Hace tiempo aprendí que estar informado es sinónimo de poder. Por eso procuro estar al día de todo lo que ocurre a mi alrededor. Y la verdad, cuando te ves capaz de sacar conclusiones tu solit@ de todo lo que a pasado por tu retina en una sola jornada de veinticuatro horas, sientes una cierta satisfacción al comprobar que firmas muy interesantes en el mundo de la opinión política y social no difieren demasiado en tus propias conclusiones sobre el echo noticioso. Sin embargo sobre el asunto de hoy no he visto muchas opiniones al respecto. Hablo de la aplicación visual que pone a disposición de lo usuarios la plataforma social Tuiter denominada Periscope. La conocí hace unas semanas y la tengo disponible en mi móvil aunque todavía no la he usado para retransmitir en vivo y en directo cualquier cosa que suceda en mi entorno si me apetece o lo creo de interés. Y precisamente para eso sirve principalmente y para eso fue concebida. Después ocurre como con casi todo, cada uno le da el uso que le da la gana. Pero ahí está, subiendo como la espuma en numero de usuarios.
Este nuevo Gran Hermano. Este ojo sorprendente te lleva a cualquier parte del mundo al momento. Te ofrece en riguroso directo lo que cualquier ser humano quiera ofrecerte estando en el lugar de los hechos como espectador o como parte activa. Periscope es otro paso mas en las redes sociales. Ya no solo son palabras escritas ahora vienen acompañadas de imagen real. Lo cual le dan el morbo que faltaba y consigue enganchar por lo kafkiano de la mayoría de sus protagonistas. Una tribu variopinta donde tiene cabida todo tipo de espectáculo y todo tipo de tarad@s que le van robando horas al sueño o a la vida mientras hablan y gesticulan al mundo que en ese momento les esté viendo. ¿ El reto o el premio ? que cada vez haya mas espectadores viendo tu hazaña. Hay de todo y para todos los gustos en un mundo donde no destaca ninguna clase social. Ni tampoco grupos marginales determinados. Casi todos estamos representados en esta nueva jungla desnuda y desvergonzada. Sorprende el desparpajo, el arrojo y los ovarios de ellas. Sobre todo de las mas jóvenes. No se cortan y ni falta que hace. Dominan a los salidos pasando de ellos como de la mierda cuando les preguntan si optan por "braga o tanga". Esto no cambia tampoco aquí. Se diría que el problema del mundo ni es el hambre ni el agua, es solo que el personal folla poco o nada a juzgar por los ilustres comentarios hacia las féminas. Aunque estas tampoco se cortan. El vídeo recoge a tres mujeres cerca de las cinco de la mañana vacilando al personal y llamando ofreciendo sexo a números que los propios espectadores les facilitaban . " En esto si que somos igual ... de gilipollas ".
Pero hay mas ...
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