Deja que me presente antes de nada: "Soy el nuevo prototipo de pobre obligado de este siglo". Otro mas. Y por circunstancias percibo una ayuda de emergencia ( RGI ) que me da para sobrevivir y para esconderme. Esta es mi historia :
Somos mas de 65 mil seres humanos en la comunidad vasca los que por derecho y por cumplir los requisitos exigidos percibimos una cantidad estipulada en todos los casos para cada necesidad. La falta de control y la nula gestión de la Conserjería ha posibilitado las trampas de al menos 6000 personas. La Administración se ha escondido y lejos de sacar la cara a la inmensa mayoría de ciudadanos que cumplen los preceptos, han dejado que la bola siga y han conseguido el objetivo : La delación ciudadana y la estigmatización hacia estas personas. Por eso y para evitar problemas he tomado las siguientes medidas : "Cuando voy al mercado nunca puedo ir por ejemplo al Corte Inglés. Da igual que haya una supe oferta en cualquier producto donde mi economía lo agradezca, siempre habrá alguien cerca que delate tu presencia en el lugar. ¡¡ Eso es un lujo ¡¡.. Ocurre muy parecido cuando voy a una tienda de ropa que tengan nombre y estén en la Gran Vía por ejemplo. Y da igual que tengan un 2x1 y así seguir economizando mi RGI. ¡¡ Eso es un lujo ¡¡ . Por eso ahora voy a los mercadillos del barrio o pueblo. Y si no, siempre encuentro algo en Traperos de Emaus. Una ropa algo gastada es mas conveniente para mantener a salvo mi estatus de pobre pedigüeño. Es mas adecuado a mi estatus. Si algún ser humano un día mi invita a comer o cenar porque si o por cualquier celebración, desisto asistir si no es en su casa, en el txoko si lo tiene, en una cueva o en el desierto. Si me ven en un restaurante me condenan. Da igual si es una estrella Michelin o esos de barrio de 9 euros el menú del día. Pague o me inviten, a los vigilantes del mal a mis honrados semejantes les da lo mismo. Eres un proscrito social. Cuando algún día voy solo o quedo con alguien ahora lo hago en un celiaco / vegetariano. Casi siempre esta vacío y la comida me produce cosquilleo y quemazón detrás de las orejas, pero es mejor que nada. Y es que si quieres sobrevivir "tienes que ajustarte a las normas" : Las políticas y las que imponen los honrados delatores. Los benefactores del bien publico y social. Los fuera de toda duda. Los que sin rubor señalan e incluso apuntan. No tengo coche, pero si alguna vez algún amigo o conocido se ofrece a dejarme el suyo para algo determinado o simplemente para dar un paseo y recordar cuando yo tenia uno, lo hago de noche y con un pasamontañas. Cuando estoy muy agobiado, planeo una ruta alternativa solo por túneles. ¡¡ Es un lujo ¡¡ . Tenía un teléfono de última generación que me regalaron el día de mi cumpleaños, pero soy un proscrito y tan solo llevarlo encima puede significar riqueza, poderío y buena posición si la carcasa imita a madera, por eso lo he vendido.
Ellos, "los delatores, los honrados ciudadanos salvadores de las cosas bien echas están fuera de toda duda, toda sospecha porque jamás metieron mano en la caja". Ellos, "nunca dieron partes falsos de accidentes, ni engancharon la luz del patio comunal ". Ellos son "mis queridos inmaculados". Esos mismos que cumplen con todos los preceptos del buen vecino. Los hacedores del bien, los que pagan sus facturas sin rechistar y cumplen a rajatabla su visita al fisco cada año. ¡¡ Todo un lujo ¡¡ vivir rodeado de patrullas ciudadanas que vigilen a la puta, al yonki y al pobre que intenta en la mayoría de los casos maquillar la dignidad perdida. Además de todas esas cosas que voy modificando en mi vida he creído conveniente dar otro aspecto a mi cuerpo para estar a la altura de la nueva posición social. Por eso me he dejado el pelo largo y he pedido a la Asociación del Piojo-Pardo que me preste un macho y una hembra para criar en las rastas grasientas que poco a poco se aprecian. A juzgar por como me miran ahora ya creo que sigo a la altura de mis circunstancias y muy distante de sus miserias. Estar de otro manera sería un lujo. Pero para ellos...
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