lunes, 1 de agosto de 2016

" LA GLOBALIZACIÓN Y LA NUEVA ERA ARREBATÓ EL GLAMOUR O LA ESENCIA TAMBIÉN EN ITALIA "

OCURRIÓ TAMBIÉN EN PARÍS, EN MÓNACO ...

Mi querido diario, de nuevo contigo para confesarte todo lo que me pasa por la testa. Te abandoné unos días, pero ya sabes que lo hago por una buena causa: "Acompañar a un ser humano ejerciendo de chófer ". Lo hago dos veces al año. Esta vez me pidió Italia, y me dijo que eligiera el camino para ver lo mas conocido, Pero eso si, adaptado a dos semanas.





Hace unos treinta años viaje a ese país y comencé por el norte, así que lo tenía fácil. Comunique el recorrido y se dio el visto bueno. Días después partíamos sin prisa, pero sin pausa. Todas las ciudades de la parte alta fueron visitadas. Se bajo hasta Pescara y de allí dirección Roma para después llegar a Pisa como destino final. De las ciudades no diré nada ya que todas ellas están llenas de belleza e historia. Pero ya nada es igual que cuando yo la visite por primera vez. Por supuesto que soy consciente de que el paso del tiempo cambia muchas cosas. Pero los monumentos, las calles, las estatuas, los paisajes,  permanecen inalterables salvo de la polucion de los miles de coches que cada día corretean de un lado a otro. No obstante hay algo que subyace borrando aquella Italia romántica y canalla símbolo del amor sentado en las góndolas cantoras de sus canales tranquilos. Y no es otra cosa que el resultado de la globalización y la entrada de miles de refugiados de todas las partes del mundo. En Italia ya no se ven apenas nativos. En las pizzerias son los turcos, bengalies, árabes o rumanos los dueños o el personal de servicio de mesas. La famosa pizza ahora las hacen con tomate industrial y queso tipo chicle incomestible. A las ensaladas le vierten tomates de esos conocidos como Cherris. El espagueti, los tortelini y toda la pasta es de batalla y casi medio preparada .. Se perdió el glamour y el gusto por las cosas. Por ejemplo : No entiendo como acostumbrados a estar supuestamente entre masas todo el día, puedan fabricar un pan tan seco, tan malo y tan desagradable de comer. Y por cierto, te lo cobran a precio de oro si lo pides.


Conducir en Italia es jugarte la vida en cada momento. Son varias las razones : La mas grave es la falta de educación que tienen como conductores, nadie utiliza los intermitentes, van como en carreras, se cruzan, se te pegan al adelantar, invaden en todo momento las lineas continuas y la mayoría lo hacen mientras van hablando por teléfono. Si tocas el claxon te miran y pasan de todo. Da la sensación de estar en un país sin ley y la policía ni se inmuta. También destaco el gran deterioro de sus carreteras así como sus infraestructuras. Apenas un espacio sin sombra donde solo cabe un coche si quieres descansar de los baches y la tremenda circulación. Cuenta con las llamadas autoestradas, pero son caras y nunca se encuentran cerca de los lugares donde dicen que estas. Están alejadas y difíciles de encontrar. Pero hay mas, los carteles indicativos son un desastre. Ademas de pequeños, mal colocados y apenas perceptibles siempre te obligan a volver atrás porque te confunden de todas todas. Algo si me gustó, y es que hay competencia en las gasolineras. Los precios oscilaban entre 1,26 y 1,70. Igualito que en España, donde las multinacionales del crudo se sientan a cenar y pactan un precio único para todos. Y por supuesto siempre al alza y mas en periodos de éxodos vacacionales.

" SI TE MUERES EN ITALIA LA GENTE SE ENTERA NO TE PREOCUPES "



Es una vergüenza que entrar a museos o visitar monumentos y catedrales sea tan caro. De 12 euros la media de los mismos. Por ejemplo : Si querías subir a la parte alta de la Torre de Pisa, que es la única abierta al publico, además de esperar un cola bajo un sol de justicia y subir 300 escalones, debías abonar 13 euracos. Y así la gran mayoría. Sin embargo comer o mejor dicho engullir no es caro, pero siempre en el entorno de la pasta, las ensaladas, los quesos o el Quebab. Es difícil por no decir imposible comer pescado. Trabajan algo el pulpo y los calamares. En carne encuentras algo de cerdo que te venden como vaca joven. Y beber ? pues una cerveza de un tamaño medio y capuchino en lugares donde están los monumentos y plazas entre 7 y 10 euros. Aquella fama del vestir y calzar producto marca del país dicen que elegante se ha transformado y ahora las tiendas chinas dan el pego, pero se nota. La ropa es cara y no llama la atención. Y las marcas van a lo suyo, alli y aquí, eso no cambia. Pero si hablamos de vestir, fijémonos en los gondoleros, Además de que ya no cantan mientras azuzan levemente el remo, encuentras muy pocos con su sombrero y su jersey blanco rayado de azul. Eso si, si quieres dar un vuelta de media hora sentado en sillones tipo palacio tendrás que abonar 80 euros. Casi siempre veras a gente oriental, son los que mas alquilan. Y por supuesto los que llevan siempre bolsas de las tiendas mas caras.



Mientras veía navegar a las decenas de góndolas por el canal principal a bordo del tumultuoso vaporeto en el que me desplazaba hasta la Gran Plaza de San Marcos me fije que que no había ninguna gondolera y le pregunte al capitán que pilotaba la nave y me contesto que era una tradición que iba de padres a hijos, pero nunca a las hijas. Y que tampoco podía entrar cualquiera aunque tuviera la góndola que fuera. Es impenetrable y dificilisimo conseguir una autorización. Entonces me acorde de la mafia en los puertos de mi país y casi lo entendí. Es verdad que cuando te encuentras un nativo te siguen embaucando con su idioma que con un poco de esfuerzo y voluntad consigues entenderte un poco. Siguen siendo receptivos y amables en al trato cercano. Fue en la isla de Murano, donde nada mas desembarcar te señalan tal vez la única fabrica que permanece activa en la fabricación de su cristal mas famoso y allí en unos breves minutos te hacen un demostración de su arte en el soplado de cristal. Después como si de un IKEA se tratara, el pasillo de salida se realiza necesariamente por la exposición y venta directa, donde una docena de seres humanos vestidos impecablemente de blanco impoluto e informal, vigilan a los selectos visitantes que tal vez adquieran algo de no mas de diez euros o se hagan un simpa, que todo hay en la viña. Murano solo es eso, ni la sombra de lo que un día fue. Allí no hay nada mas que ver, salvo los esqueletos vacíos de fabricas y muelles roídos.




Resumiendo en la medida de lo posible, Italia parece un país dejado, despreocupado y a la deriva. Pero a su vez tiene rincones sorprendentes que calman la tensión de circular por sus carreteras jugándotela en cada momento si no vas con mil ojos y atento constantemente a lo que les de por hacer. Pero no creo que vuelva. Ya no me estimula, ya no me siento como en casa. Pero también reconozco que los italianos han sido solidarios y ahora en los tiempos convulsos que vivimos mucho mas que ningún país europeo y eso les hace grandes y todo lo demás ahora no importe. Tal vez necesite asimilar y comenzar a entender que en eso consiste el cambio de Era al cual me he referido en tantas ocasiones. Es posible que ahora sean otros los estímulos o las importancias. Y por supuesto sea probable que el paso del tiempo también cansen algo mis ganas de descubrir el nuevo mundo que esta emergiendo. Y porque no también es justo y natural que ya no me apetezca comenzar de nuevo lo que la vida me dejo en los labios y probé hasta la saciedad. De todas las maneras te diré mi estimado y querido diario que aunque jamas he vivido de los recuerdos no quiero que la senectud me arrebate el instante en el que arrojé hacia atrás una moneda en La Fontana de Trevi pidiéndole un deseo ... Ese, tampoco.

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