" HAY QUE PARAR YA LOS ATAQUES CONTRA PODEMOS Y LOS CINCO MILLONES QUE ESTAMOS DETRÁS "
Hay que ser muy estúpido, ciego, pasota o no estar al día de lo que ocurre en el entorno para no darse cuenta del "acoso mediático interesado" de algunos oligopolios de la información no solo a Podemos, sino directamente a su líder Pablo iglesias. Pero ojo, y que no se nos olvide, también a los cinco millones de personas que apoyamos a esta formación. Por eso no me voy a quedar de brazos cruzados mientras se insiste una y otra vez en ponernos a los pies de los caballos para provocar la disidencia o la debilidad. Como votante pido a las bases y a todos los círculos que debatamos esta situación y que nos defendamos con la palabra con los juzgados y con nuestro método. Estoy mas que harto de que sigan insistiendo en como nos financiamos cuando ante las denuncias los jueces las rechazan todas. Que nos sigan tachando de terroristas venezolanos o vascos junto con otra abundante colección de insultos y adjetivos a todos los que salimos en la foto. Considero que de una vez por todas que esto hay que pararlo seriamente y sin ambages. No podemos seguir sonriendo, así que vamos a comenzar a enseñar los colmillos.
El selecto grupo de cucarachas se encuentra entre los tertulianos y editores de noticias. Hay de todo, periodistas, políticos y otr@s especies sin definir. O eso dicen. Todo/as obsesivos con la voz de su amo: "Lo principal es dar la dentellada aunque no haya carne". El medio no lo tiene para aportar o debatir, su función es meter el brazo hasta las entrañas y extraer los intestinos al precio que sea. Es decir el del Share o la sigla. Poder o dinero. Y si pueden, todo junto. Por eso insisto, se acabo "la sonrisa y el amor " para los desalmad@s. Si porque fruncimos el ceño o elevamos el tono en un debate o mitin no estamos en los códigos correctos del marketing político no me importa en absoluto por no decir una mierda que queda feo. Prefiero la pasión, la honestidad y la contundencia ante el abismo. No perdamos la esencia y la frescura. Estamos viviendo desde aquellos días agitados en las plazas un apasionante momento de nuestra vida. Asistimos a una revolución inequívoca de la política en España desde entonces. Y cuando por fin se llega a un punto sin retorno donde solo hay que mirar hacia delante cambiando las cosas, aparecen los extraños hilos de ese poder que dicen no tiene cara, que no tiene siglas. Pero si objetivos. A él se suman también toda una tribu selecta de rottweilers vagabundos que ven en el mordisco una oportunidad para sobrevivir. Y les da igual la dignidad, no la conocen.
