En la sociedad actual en la que nos encontramos vivimos inmersos en una profunda crisis y no solo económica si no de casi todo. Por eso necesitamos mas que nunca elementos que nos ayuden a paliar el dolor, el sufrimiento o el agobio interno ante la adversidad. Y tenemos las armas para desarrollar un antídoto aunque sea temporal : El tacto, el tono y la sensibilidad en lo que decimos. Es decir en uso y el fin de las palabras. Esto establece una cierta simbiosis y confianza ante el pueblo donde los ciudadanos que viven en el lo hacen bajo las siglas de un partido y su programa aunque no le haya votado. Y precisamente con esa intención dirijo este post al Lehendakari Urkullu, pero sobre todo a sus asesores de imagen o como se llame a esos seres humanos que se dedican a vendernos un candidato o candidata donde cobran buenos y suculentos sueldos. Se lo merezcan o no. Como por ejemplo en el caso que nos ocupa diré lo siguiente sobre la imagen que transmite el presidente Urkullu. Por supuesto con todos mis respetos.
¡¡¡ INCLUSO EN LA NOCHE ELECTORAL TUVO QUE LEER
Señor presidente :
La seriedad es muy importante por muchas razones. Un ejemplo: "Impone respeto y consistencia en lo que se dice o expone y esto es algo que no puede faltar en alguien que tiene una responsabilidad como la suya". Usted es serio por naturaleza , hasta ahí todo bien pero cada vez que he tenido ocasión de verle por TV en alguna rueda de prensa dirigiéndose a los medios y a los ciudadanos, así como a los suyos, casi siempre el semblante es de una rigidez absoluta y eso separa mas que acerca creáme. A veces tengo la impresión de que tiene marcados los mismos movimientos de ojos, de cabeza, de manos e incluso de postura por el "manual del buen protocolo" auspiciado por sus asesores. Error, señor presidente. Cuando se rompe el protocolo se acrecienta la curiosidad de lo políticamente correcto y entonces es cuando se fija la mirada y se abren las orejas. Sobre todo cuando el discurso no varía. Se necesitan nuevos mensajes, cosas frescas, argumentos actuales.
Algo que no le perdono es el que cada intervención suya para decir lo que sea, tiene la mirada pegada al guión escrito y demasiado tiempo la cabeza agachada recitándolo. En mi opinión no resulta convincente porque siempre usa el mismo tono y casi las mismas palabras y argumentos. Ni una sonrisa, ni una anécdota, no mueve la cabeza, las manos. En fin no se, creo que no estimula a escucharle con atención. Parte de esa responsabilidad es suya, bien porque es así su manera de ser como antes señalaba, o porque no sabe hacerlo de otra manera. Pero que duda cabe que toda esa labor de imagen es trabajo de los señores asesores que a juzgar por lo que le expongo, su trabajo deja mucho que desear.
Hágame caso, cambie el gabinete de imagen, es lo mas importante en una campaña electoral y en cualquier mandato o evento de envergadura. Creo que necesita reciclarse y ponerse al día. Cuando le señalo sus lecturas en cualquier acto, me da la sensación o bien que no se cree lo que dice o no esta convencido. El orador tiene que tener todos sus argumentos planificados y esquematizados en un borrador. Aprendérselos bien y después subir al atril y exponer sus argumentos de una manera mas cercana, mirando a la gente, argumentando, colocando alguna anécdota si procede en el acto, o bien algo en primera persona. Esto le hace menos espeso, mas ágil y mas fácil a la hora de retener cosas al que esta escuchando. Y sobre todo cercanía. Mire le diré algo, esto que le ocurre a usted le ocurre a muchas personas que se colocan de portavoces en ruedas de prensa de cualquier asociación o grupo político. Lo que dicen ni suena a nuevo ni a viejo se hace indiferente. Porque ? pues precisamente porque no se da importancia a lo que señalaba al principio de este escrito. Alguien que se dispone a comunicar algo su fin es que eso llegue a la gente o a cualquier otro organigrama de la sociedad. Por eso es tan importante que en ese espacio corto de tiempo que generalmente tiene el orador sea convincente y generalmente no lo es. Es mas, hay veces que da vergüenza ajena. Señor Lehendakari, el departamento o gabinete de comunicación, así como los asesores personales, es el éxito o el fracaso de cualquier organización no lo olvide. Usted podrá tener las mejores intenciones o habrá realizado cosas importantísimas, pero si eso no se sabe comunicar puede incluso hundir un programa y al partido mismo que lo sustenta.
Para terminar, permítame una licencia. Yo, aunque no los he votado nunca y aprovechando que estoy sin trabajo pero cobrando una RGI, me ofrezco a servir a la comunidad asesorando a sus asesores o bien a impartirle los elementos necesarios para mejorar su comunicación con los ciudadanos, al menos a los que no son afines a usted. Que le parece ?
