viernes, 8 de enero de 2021

LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 18

A la mañana siguiente un grito desgarrador me despertó, pensé que era un sueño, una pesadilla ¡ Noooooo Dios mío nooooo pero que has hecho hijo de putaaaa, cabronnn ! . Me levante y acudí rápido a la habitación de mi madre. Estaba tirada en el suelo llorando con un ataque de asma terrible ¿ Pero mama que ha pasado ? se ahogaba y le acerque rápidamente su Ventolin. Apenas podía acercárselo a la boca, le temblaban las manos ¡ Mira lo que ha hecho hijo, esta loco, esta loco ! señalando los vestidos colgados. Mire y no vi nada extraño ¿ Que les pasa ? mientras movía las perchas, hasta que me di cuenta. Solo un perturbado, un ser malvado y sin alma podía hacer algo así y con tanta precisión. Según estaban colgados los había cortado uno a uno de arriba abajo con unas tijeras en tiras finísimas y luego los volvió a colocar juntos. Esta imagen y mi madre sentada en el suelo, abatida, jadeante y llorando mientras se ahogaba del disgusto provocado, nunca se me quito de la cabeza. Me supero de tal manera, que tenia que hacer algo. Sabia el que, pero no encontraba el como. El hombre oscuro seguía con su obsesión de que Azucena le engañaba y que se ponía guapa para otros. Posiblemente guiado por los celos imaginarios, destrozo esos vestidos. Pero lo realmente patológico es como lo hizo, eso era lo que me perturbaba aun mas. Vivíamos con un psicópata, con un enfermo lleno de odio y resentimiento. 


Ya no teníamos perro, pero fue la razón que le dio mi madre al dueño de la tienda para explicarle que le pasara la factura de todos los vestidos. Los deje encima de la cama y en un descuido, el perro se puso a jugar con ellos y los ha destrozado, añadió. Después se puso un café, encendió un cigarrillo y cabizbaja y medio llorando, decía que todavía no se lo podía creer. No paraba de insultarle con todos los adjetivos descalificativos habidos y por haber. Intente tranquilizarla acariciándole la cara llena de lagrimas dolorosas. Al rato y casi recuperada del shock recibido fue donde la vecina a por algo que no recuerdo. Cada vez que iba se quedaba un rato charlando y tomando un café. Sonó el teléfono ¿ Quien es ? Soy Luis, dile a tu madre que no iré a comer. Tengo que ver una obra nueva y no me da tiempo. Colgó sin decir nada mas. Cuando llego mi madre, le di el recado y exclamo: ¡ Mejor, haber sino vuelve mas y se estrella por ahí contra un árbol, maldita la hora en que le conocí, maldito hijo de puta !. Y cuando cogía carrerilla, no paraba. Era un bucle continuo que yo no estaba dispuesto a soportar mas, ni de uno ni de otra. Me sentía todo el día en tensión. Sentía miedo, indefensión. Estaba cansado de ver, sentir y escuchar lo mismo. Y lo peor es que no veía que eso se pudiera arreglar de ninguna manera. Salvo de una. Me voy salgo un momento a comprar algo que necesito, dije desde la puerta. No tardes, que ya esta la comida y hoy tengo que ir pronto a trabajar, me contesto. En realidad iba a llamar a Daniel, para decirle que necesitaba ayuda, que esa misma noche quería marcharme de casa en el tren de las once que llegaba a Bilbao por la mañana. No hay problema Manolo, mi tía ya sabe tu historia. Tu vente que aquí hay sitio y luego ya veremos. Me alegro que te hayas decidido, no se como has aguantado. Por la edad, le conteste. Bueno espero que no te arrepientas porque vamos a estar en la estación esperándote. Esta decido Daniel, mañana estoy allí y colgué.


Terminamos de comer y enseguida se marcho madre. Antes de salir por la puerta, me acerque a ella, le di un abrazo susurrándole ¡ Te quiero mucho !. Yo también bobo, hasta mañana, pórtate bien. Cuando me quede solo, cogí una maleta pequeña de Azucena y metí lo mas imprescindible. Un par de pantalones, unos nikis, ropa interior y poco mas. También dos bocadillos de jamón y queso para el viaje. Después cogí las veinte mil pesetas que tenía ahorradas para la ocasión y me fui a la estación a comprar el billete. Regrese a casa nervioso, por momentos, indeciso. Y comencé a darle vueltas, justo cuando ya lo había decidido, cuando tenia todo preparado. Pensaba en el disgusto de mi madre. Pensaba en el infinito odio que tenia hacia el hombre oscuro que la maltrataba. Y me preguntaba  ¿ Si lo mato y nos quedamos mi madre y yo se arreglaría todo ? . Pero me hacia trampa a mi mismo, tampoco quería eso. Solo quería escapar lo antes posible de ese infierno, de esa pesadilla diaria. Me puse a escribirle unas palabras, no las recuerdo pero intuyo que seria algo así :

Mama, no te preocupes por mi, se cuidarme y tu lo sabes. Me voy no aguanto mas verte sufrir y ese señor no me quiere ni ver. Yo tampoco a el. Vosotros tenéis vuestra vida, vuestras cosas y no me siento bien en esa casa. No me busques, yo te llamare muy pronto. Estaré bien voy a casa de un amigo que vive con su tía. Llevo dinero y enseguida encontrare trabajo de lo mío, ya veras. Cuídate mucho, un beso. Te quiero . 

La metí en un sobre y se la deje en su caja de joyas.

Al rato, el ogro entra por la puerta venia como lo hacia ya habitualmente, medio borracho. Se metió al baño a ducharse, pero no pudo. Yo estaba en la cocina pelando patatas para cenar una tortilla. Dijo balbuceando ¡ Hola estas haciendo la cena !. Si, le respondí. ¡  Yo no voy a cenar, me voy a la cama que estoy muy cansado !. Me quede sorprendido, jamás me había dirigido tantas palabras juntas y menos para darme alguna explicación. Yo deje de pelar patatas, tampoco tenia mucha hambre por los nervios, en tan solo hora y media salía mi tren. Espere a que se durmiera, cosa que hizo al poco de acostarse. Recogí la cocina, lo deje por ultima vez como Azucena lo dejaba siempre. Cuando fui al cuarto de los trastos a coger la escoba para barrer vi un un pico y una maza que había traído de la obra algún día. En ese momento me quede inmóvil. Duro tan solo un instante, pero por mi cabeza pasaba solo una imagen tenebrosa. 


Imágenes de Internet

Barriendo la cocina como un zombi, la idea de matarlo se acentuaba. Me había hecho mucho daño por dentro y por fuera y de alguna manera tenia que vengarme. Al escuchar los ronquidos y balbuceos inconexos, propios de alguien ebrio, me dio un arrebato que hoy todavía no se explicar bien. Cogí la maza en un ataque de furia, me acerque hasta la habitación, la misma que esa mañana había sido el escenario de un demente, estaba tirado encima de la colcha vomitada. Me puse a la altura de su cabeza, levante la maza con fuerza con la intención de aplastársela. Estuve mas de treinta segundos con ella levantada ¡ Por fin iba a recibir su merecido ! Mi cara desencajada reflejándose en el espejo me aterró Algo que no sabría definir racionalmente, paro mis intenciones. Tal vez fuera ese ángel de la guarda que después me acompaño siempre. Solté la maza, reaccione rápido cogiendo mi pequeño equipaje y me marche cerrando la puerta silenciosamente. La noche era fría, pero la estación estaba cerca y fui caminando. Había poca gente esperando, la suficiente para mirarme. Esas horas, un chavalín solo con una maleta ... Lo curioso es que no era extraño en aquella época ver incluso niños ya trabajando. Yo era ya un adolescente y mi voz tenia timbres agudos de mayor. Cuando vi que se acercaba el tren no se bien que me pasaba, era como de repente estar en una noria. Me subía y me bajaba la adrenalina disparatadamente. Pero recuerdo todavía hoy la sensación de libertad cuando ya en mi asiento vi como partía. Era la primera vez que era yo quien decía marcharse, donde y con quien




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esté de acuerdo o no con lo que escribas, nunca te quitaré el derecho a expresarte como quieras sepas o puedas. Ese mismo respeto lo tengo conmigo. Si es para difamar o insultar NO sale. Gracias por venir...