Tu nombre era Josefina, pero todos te llamaban Azucena. Dicen que este nombre se refiere a la blancura y la pureza. En una interpretación metafórica se llegaría al concepto de «inocencia», «eterna juventud», «belleza absoluta«. Con el tiempo descubrí que una de las flores que mas me gusta para regalar o tener en mi casa de vez en cuando es el Lilium. Otra derivada de Azucena y me resulta muy curioso y sorprendente. Eras alta, morena y muy atractiva. Cocinabas como nadie, eras elegante y olías de maravilla . Te lloré cuando a los 61 años la vida se te truncó con una neumonia. Y el asma de siempre termino con tu existencia. Tu vida no fue fácil, la mía después de tu partida, tampoco lo fue. Camine solo por caminos demasiado empedrados y salte enormes muros a pesar de mi pierna inservible. Si hoy pudieras venir un ratito a mi lado te sentirías orgullosa de lo que pariste un día de Marzo del 57. Y de como salve todos los obstáculos hasta este momento en que te escribo. Hoy mama, te recuerdo como cada día en algún instante. Y te diré mas, nunca se me borró tu cara ni los pocos momentos que pude estar en tus brazos y en tus besos en todo este tiempo de ausencia. Gracias por seguir en mi corazón.
Conozco la historia de tu madre por lo que has contado en el blog y en TV. Escribes muy bien, Imanol. Muy bonito.
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