Antes de escribir esto, he navegado un poco por la red para saber mas o menos cuantos varones habían escrito a su pene o sobre este musculo. Y la verdad, todo lo poco que he visto no tiene nada que ver con esta carta personal que hoy quiero dedicarle a el.

Desde ese día ya no paraste. Y nos es porque fueras algo fuera de lo convencional. Cumplías la media. Por eso nunca te vi preocupado y creo ademas, que es algo que nunca te rayó. Tal vez tu éxito - si se puede definir así - es porque aprendiste a llevar el ritmo. A ser paciente. También porque nunca fuiste un egoísta y siempre de una manera u otra quedabas como un señor. No cabe duda, que cuando decidiste aprender mas sobre las relaciones humanas, tu vida en ese aspecto gano y siempre había una segunda o tercera cita. Si amigo mio, no te puedes quejar. Y considero que tampoco quienes disfrutaron de tu compañía. Es de muy mala educación en estos temas dar nombres, cifras o situaciones determinadas. Por eso creo que haces bien manteniendo esa discrepción y esa comedida prudencia. A esto quiero añadir mi gratitud inconmensurable hacia ti por todos los momentos buenos que me diste y que juntos supimos vivirlos. Y por supuesto, a todas las damas que nos acompañaron en tantos y entrañables encuentros.
Unos meses antes de tu cumpleaños me dijiste que ahora estabas mas tranquilo. Que las fiestas y las locuras habían pasado a la historia y que ahora te cuesta incluso levantarte. Te diré querido amigo, que no te ocurre nada anormal. Simple y llanamente el tiempo hace de las suyas porque es lo suyo. A unos les pasa antes y a otros después. Por cierto, me identifico cuando me cuentas que disfrutas la ostia jugando al solitario cuando te apetece. Que es mas tranquilo. Y también cuando añades que " tal vez sean así las cosas". Totalmente de acuerdo. Cuentas que a pesar de no sentirte tan fuerte como antes y no ser tan duro no quieres estimularte artificialmente porque no tienes que demostrar nada a nadie. Tienes razón, pero tampoco pasa nada si un día quieres alargar un poco la fiesta y que tu cintura baile un tango sobre las sabanas sin necesidad de un chute Ventolin. Lo jodido y triste compañero, es querer ser quien ya no eres y engañarte sin necesidad. Eso resulta patético y mediocre.
Hoy quería felicitarte por tus sesenta años junto a mi. Y espero que al menos sean otros veinte - pero lúcidos -. Así podremos sentarnos en el porche tranquilamente y recordar nuestra feliz y divertida vida juntos hasta que el Sol se apague para siempre. Algo inevitable por otra parte.
Hoy quería felicitarte por tus sesenta años junto a mi. Y espero que al menos sean otros veinte - pero lúcidos -. Así podremos sentarnos en el porche tranquilamente y recordar nuestra feliz y divertida vida juntos hasta que el Sol se apague para siempre. Algo inevitable por otra parte.
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