Tengo la suerte de viajar unos días al levante gracias a un ser humano que me invita a compartir con él su descanso laboral en la llamada "Semana Santa ". Son media docena de días en los que la cabeza resetea tu futuro y te evade del ahora. Tengo como todos y todas mis días óptimos. Los nublados y grises. Pero afortunadamente y casi por arte de magia los moldeo y en todos procuro buscar rayos de sol perdidos. No obstante, cambiar de aire, de horizonte, de esencias y de caras es muy sano para la salud mental y para paliar un poco el tedio y la rutina diaria. Son dos años, los que en estos días santos me acerco a Benidorm. Lo hago sin complejos absurdos ni prejuicios. Lo mismo que cuando viajaba por Europa. Pero entonces eran otros tiempos y además tenía trabajo. Y señalo esto, porque todavía hay gente que ve a esta ciudad levantina como un nido de almas ya vividas. De octogenarios aburridos y aplacados. Pero la realidad es otra que no me apetece explicarla ya que sería inútil describir lo que cada uno pueda sentir. Solo te diré que yo la disfruto a mi manera. Si quiero marcha me voy a una esquina. Si quiero sosiego, me voy a la otra. Benidorm son dos esquinas capaces de acoger a todo tipo de bicho viviente. Me ofrece la oportunidad de elegir. Pero sobre todo tiene sol y buen tiempo. Un punto donde la calidez de la temperatura y la brisa, invitan a un largo paseo de casi cinco kilómetros.
Estos días pernocto en una furgoneta propiedad del ser humano que acompaño. Siempre sobre la siete de la mañana y tal vez por la costumbre disciplinaria que me impuse mis ojos se abren sin pereza viendo el mar. El primer café para estructurar el día : Un paseo por lo viejo . Una de mercadillos. Una vuelta en bici o visitar algún pueblito cercano.... No me gusta mucho estar tumbado sin hacer nada tomando el sol, pero el otro humano necesita cargar energía solar desde las dos a las cinco de la tarde. Siempre en el mismo lugar. Es decir frente a mi bar favorito. Así unos toman el sol y otros se toman unos blanquitos y todos contentos. Me gusta el Baden Baden. Son muchas las razones y todas crean el magnifico ambiente que se respira siempre entre los propios trabajadores entre los cuales también están los propietarios/as. Es un local rectangular y se podría decir que casi algo incómodo. pero esto no resta nada para degustar sus deliciosos y exquisitos platos elaborados al momento y luego probar sus helados. Un lugar donde cada año mientras van llegando los de siempre : los besos, los saludos y abrazos lo convierten casi en el Hall de un gran aeropuerto o una gran estación a la llegada de los pasajeros. Y es que habemus de de todo: Madrileños, navarros, andaluces, vascos, rumanos, palentinos, árabes etc. Todos componemos la fauna y el buen rollo en la acera estrecha donde se sitúa. Entré vinito y tapita de quisquillas, pulpo, ensaladilla como atención, te das por comido. "Este año he sido nombrado - Toldero del Reino - . Es decir, el encargado de bajar o subir los toldos, dependiendo del viento. No cobro nada, pero de vez en cuando se apiadan y algo cae". Son brujas, pero son buenas y deliciosas en el trato.
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Y precisamente en esos días y en este mi lugar me saludaron dos señoras estupendas que me conocían de mi paso por la TV local de Bilbao. Dos mujeres que han decidido vivir intensamente una vez jubiladas de andereños ( maestras ) y después de haber tenido maridos. No cuento historias que me relataron pero si me indicaron que me pasara a comer el mejor bacalao del mundo ( mas rico que en Euskadi ) por la taberna Eguzki cerca de la llamada calle del coño. Le comenté al ser humano que lleva el escote y un atardecer nos acercamos hasta el lugar. Es un bar pequeñito con motivos vascos antiguos. Bufandas de Equipos de futbol y música vasca de los ochenta. La cocinera y dueña es de Basauri, un señor sin pelo, no lo se. Y los dos camareros los tacharía como indefinidos. Tiene cuatro mesas fuera justo en un paseo de mucho transito de seres humanos. Nos tocó el día que entre plato y plato nos aburríamos. Había gente si, pero no como para estar agobiados. Solo ( y no es poco ) faltaba organización. Precio calidad, muy bien, pero ...
Menos mal que muy cerca de allí nos encontramos con este lugar La Belle Epoque / Fotografía. Parece un negocio convencional de fotografía - y lo es - pero no al uso. Es como entrar en una gran mentira que satisface egos. Es como formar parte de un juego de magia donde eres conejo y chistera a la vez. Es trasladarte, travestirse, anularte. Es formar parte del ambigú de un gran teatro. Es soñar. Pero todo esto no es posible sin ella. Se llama Patricia, una donostiarra viva y sagaz. Es madre de dos hijas y compañera . Un ser humano que te carga de energía positiva cuando la escuchas. Una persona que te seduce cuando habla de la pasión que pone en su trabajo. Se encuentra al principio de la calle Mayor y es totalmente recomendable conocer.
También visite a J.Tormo un currante hostelero que conocí el pasado año a cuenta de mi " Encendedor de sol " en una terraza en el paseo del " Rincón de Loix " donde trabaja. Está a puntito de pasar de nuevo por el altar y ahora estoy seguro que esta que se sale de contento. Es joven pero muy vivido. En su territorio compartí un rato de charla de todo un poco. Me sorprendió cuando me dijo que la madre de Belén Esteban tenía un piso cerca y que alguna vez se sientan en la terraza donde hace su trabajo. También cuando tocamos la parte política me dijo que votaba a la derecha, pero esta vez le va a dar una oportunidad a los de la coleta.
Casi a unos metros se encuentra ADA un local que alquila y vende vehículos eléctricos. También establecimos buena sintonía hablando del negocio y de la vida. Esta vez me contó su historia de migrante judío nacido en Jerusalén en España y también me presentó a su actual esposa Ada, una bella rumana con la que tiene un enano en común de apenas unos años. Gov, como así se llama es uno de esos tipos con los que te pasarías horas charlando y no te darías cuenta. Un hombre al que escucho como atención cuando habla de la filosofía de vivir.
http://www.adascooters.com/contact-ada-scooter-hire-benidorm/
Después monte de nuevo en mi bicicleta y a través del paseo llegué al DAYTONA ROCK un local muy guapo y otro favorito donde merendar un cubita a ritmo de buena música en directo casi a cualquier hora y momento. Sonaban los Pink Floid y allí que me senté.
Pero hubo una mujer que conocí por casualidad sentado en una terraza. Llegó con los que supuse por la edad serían sus padres y se sentaron justo al lado. En un momento y sin saber el motivo nos pusimos a charlar. Los padres no paraban de contar los logros de su hija Jessi mientras ella sonreía continuamente. Incluso se acercaron y me enseñaron de lo que su cabeza era capaz de crear y hacer. Cuando lo vi detenidamente alucine en colores y sorprendido quise darle la mano a modo de felicitación. Ella no la extendió y se produjo un silencio en sus palabras. O tal vez no las tenía. Cuando llegué a casa y vi sus vídeos, lo entendí todo y la emoción humedeció mis ojos. ¡¡ Es fantástica ¡¡
http://www.ropadejessi.com/
Y sin querer van pasando los días sin darte cuenta. Pero en ese tiempo y casi sin apreciarlo apenas escuchas la radio, tampoco ves la Tv y no apetece en absoluto navegar por internet salvo tal vez para ver el tiempo que hará mañana. Por unos días sufres una desintoxicación total. Las venas de tu cerebro deambulan de un lado a otro alegres y sin presión, sin edemas, sin obstáculos. "Entonces todo parece cosas del pasado y consigues sosegar el espíritu el alma y todo el sistema nervioso".Ya en el regreso vas comentando las anécdotas y las cosas que han ocurrido en esos días donde casi nada importaba. Pero las alegrías se cortan de raíz en el ultimo peaje. Cuando esos últimos kilómetros te resultan eternos y conectas la radio. Es en ese preciso momento cuando te das cuenta de que es lo que te ocurre: Estas empachado, harto, hastiado, asqueado hasta la médula y quieres regresar de nuevo a los días sin memoria ni recuerdos.
A la calma y el calor del viejo astro.Todo es un lamento en los días convencionales. Cada cosa que ocurre, sea lo que sea, es un lamento un grito de auxilio y otro de guerra. Parece que nada funciona a juzgar por todos los desmanes y sin embargo, ahí estamos, cual autómatas o robots. De un lado a otro de la vida y sus cosas sin percibir ni tan solo un rayo de esperanza de nada. Solo palabras vacías. Promesas imposibles y mucha mierda en forma de futuro."Jamás he deseado tanto que lleguen unas elecciones y que de una vez por todas se produzca un cambio de 360 grados aunque provoque un caos". La sensación es como la que tiene que sentir un jugador de ruleta rusa cuando le queda una sola bala en el tambor : Le quedan cinco posibilidades de seguir con vida, salvo que se interponga la mala suerte. En nuestro caso nos queda el ultimo cartucho. La esperanza de que sea el comienzo de todo
A la calma y el calor del viejo astro.Todo es un lamento en los días convencionales. Cada cosa que ocurre, sea lo que sea, es un lamento un grito de auxilio y otro de guerra. Parece que nada funciona a juzgar por todos los desmanes y sin embargo, ahí estamos, cual autómatas o robots. De un lado a otro de la vida y sus cosas sin percibir ni tan solo un rayo de esperanza de nada. Solo palabras vacías. Promesas imposibles y mucha mierda en forma de futuro."Jamás he deseado tanto que lleguen unas elecciones y que de una vez por todas se produzca un cambio de 360 grados aunque provoque un caos". La sensación es como la que tiene que sentir un jugador de ruleta rusa cuando le queda una sola bala en el tambor : Le quedan cinco posibilidades de seguir con vida, salvo que se interponga la mala suerte. En nuestro caso nos queda el ultimo cartucho. La esperanza de que sea el comienzo de todo
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