
Lo cierto es que hace unos días he vuelto a aquel rincón del mundo mas cercano y solo quedan los recuerdos que todavía el " alemán " no ha conseguido borrar de mi testa. Una cierta pena se apoderó de mi piel al comprobar lo incapaces que somos para conservar las cosas que nos hacen bien. La playa sigue igual, sin duchas y sin tapujos. El pueblo ha crecido en gente, en bares, en casas. Apenas media docena de aquellos humanos con la filosofía " haz el amor y no la guerra " que se quedaron a vivir, cuentan su historia con cierta melancolía y visual rabia. Dicen que poco a poco las circunstancias sociales y el propio desarrollo de la vida han ido borrando la esencia de aquel paraje con la llegada de otras filosofías , otros objetivos, otras maneras de entender la existencia. Hablan con orgullo de la única batalla que les ha dado frutos, como es el no dejar construir adosados y zonas residenciales que rompan aun mas el entorno. Y de algún modo señalan, eso si, que es una gran victoria.
Hoy Los Caños de Meca están en boca de famosos y frikis para sus vacaciones. Las discotecas del txunta txunta han traído al lugar todas las drogas y a muchos esperpentos de tribus indeseadas. Media docena de colgados de antes y de ahora se apostan a un lado de la acera como señal de abismo y el hachís es una palabra casi proscrita. Muchos afirman que Los Caños se fueron de las manos por que se confundió fiesta y buen rollo, con libertinaje y el todo vale. Los vecinos que entonces apenas decían nada, como adaptados cómodamente a sus circustancias se cansaron de los desmanes, el ruido, la suciedad y las faltas de respeto y comenzaron a denunciarlo publica y judicialmente. Entonces, aquel lugar comenzó su declive, hasta estos días. Por supuesto que la crisis a puesto su granizal de arena en todo el contexto. La Guardia Civil, llegada de otras comunidades para tal fin, vigila a todas horas, carreteras y pueblos a 50 kilómetros a la redonda. En Los Caños, es constante la presencia de patrullas del benemérito cuerpo realizando controles de alcohol y drogas en mitad del pueblo a todo tipo de bicho viviente . Esta prohibido fumar hachís en cualquier local, incluso en la calle. Las multas son de 300 a 600 euros por consumo o tenencia. A las 12 de la noche casi todos los locales están cerrados. La música que antes de percibía por cualquier parte a desaparecido. Ya no se ve gente caminando por los laterales de la carretera principal y tampoco coches y caravanas se apostan a pernoctar en acampada libre. Esta prohibido y muy sancionado. Esto demuestra una vez mas que somos incapaces de mantener ese equilibrio necesario para mantener el norte de las cosas. Somos así de idiotas.
De todas las maneras, Los Caños, siguen teniendo magia y vida si sabes adaptarte y refugiarte en los mejores recuerdos si un día los viviste. Y al menos una vez en tu vida vive una puesta de Sol desde el faro o bañándote en sus aguas ...
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