Hay muchas razones para venir a Portugalete, la placiente villa en la que sobrevivo como muchos. Pero dos a destacar, una es acercarse a la denominada calle de El Ojillo, en el mismo centro de la urbe, Un rinkón que no es habitual donde habitan humanos un poco cerrados de mollera como son estos vascos. Pero también son osados y si hay que ir se va. Ya habrá alguna tasca abierta. Bien pues este local es una taska pero del próximo siglo. Y además de ser un puntazo de sitio y donde acabo siempre perjudicado, es el lugar ideal para degustar una barra de pintxos, no solo rica y original, sino, ajustada a los tiempos que estamos viviendo. Y fíjate que casi se me olvida decirte la segunda cuestión: El Puente Colgante declarado Patrimonio de la Humanidad, que no se para que sirve, pero queda bien en el post.
( Todo es relativo, subjetivo y abstracto. Y yo solo se que no se nada )
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esté de acuerdo o no con lo que escribas, nunca te quitaré el derecho a expresarte como quieras sepas o puedas. Ese mismo respeto lo tengo conmigo. Si es para difamar o insultar NO sale. Gracias por venir...