martes, 14 de febrero de 2017

LA CRÓNICA DE KOL : " RETAZOS EN VIVO DE LA CHINA ACTUAL "

Hay una sensación que suele repetirse en muchos de los viajes que he realizado,  familiaridad con alguna situación o deja vu. Lo mismo da que me encuentre en Buenos Aires, Shanghai o Londres,  nunca falla. ¿Quien no recuerda aquel Bilbao industrial y su ría marrón descrita a la perfección por Eskorbuto en su canción Ratas en Bizkaia?. No hace falta tomar la máquina del tiempo para reencontrase con ese paisaje ya desaparecido, un avión destino a cualquier país en vías de desarrollo es suficiente. Si ese lugar resulta ser el más habitado del mundo y si sus niveles de crecimiento durante los últimos treinta años han sido simplemente únicos en la historia, el escenario se torna dantesco. Casi seguro que habréis visto o leído alguna noticia al respecto, pero ¿como es realmente vivir bajo niveles de contaminación que literalmente van a enviarte al hospital más cercano a corto plazo y a la tumba a medio?




La China actual es un país que simplificando, está viviendo la época industrial, post-industrial y de las comunicaciones al mismo tiempo; sin orden cronológico alguno, sin entender lo que implica cada etapa y sobre todo, sin cortapisas y medidas de contención que puedan atenuar los aspectos negativos del progreso. De padres agricultores y analfabetos, hemos pasado a hijos con un poder adquisitivo y consumo similares al occidental en muchos casos o mejor dicho, en cientos de millones de casos. Son varios los factores que han provocado que en gran parte del país se viva bajos una permanente alerta por contaminación atmosférica que en teoría, tendría que hacer que todos sus habitantes quedasen encerrados en sus casas:

  • 1-Crecimiento incesante del consumo energético: Hay en marcha programas de generación de energía menos contaminantes que la térmica, si bien están llegando tarde y solo pueden cubrir una pequeña parte de la demanda.

  • 2- Industria pesada y contaminante: Este tipo de industrias han estado operando sin control alguno durante décadas. Ahora que se las quiere poner freno o al menos ejercer cierto control, se han convertido en elementos socioeconómicos tan importantes que resulta imposible cerrarlas de la mañana a la noche.

  • 3-Existencia de un sistema de calefacción central residencial a carbón en gran parte del país. Los niveles de contaminación son siempre mayores en invierno que en verano debido a esta causa.

  • 4-Incesante aumento del tráfico: Bien por necesidades reales o por simple esnobismo de clases medias e incluso trabajadoras capaces de emplear el total del sueldo de uno de los miembros de la unidad familiar para poder adquirir un vehículo. El tráfico rodado está aumentando a un ritmo proporcional a las emisiones y los atascos en las carreteras. Lo de compartir auto, ni está ni se lo espera.





La consecuencia de todo ello además de enfermedades, resulta en la sensación de vivir en una cárcel ambiental donde uno tiene que estar constantemente pendiente de la aplicaciones de los móviles que conectadas a las estaciones de medición, van actualizando la información sobre los niveles de contaminación. Lo mismo da que seas rico o pobre; tus planes u obligaciones, lo que suceda hoy, va a quedar condicionado. Si tenias pensando bajar con tu hijo al parque, quédate en casa y cierra las ventanas; si no te queda más remedio que salir al exterior, ponte una máscara de protección a sabiendas que nunca va a resultar cien por cien eficaz y que vas a perjudicar tu cuerpo, mermar tu salud y acortar tu esperanza de vida. Es mucha la gente que está huyendo de estos lugares y son muchas las empresas que están pagando un bonus de peligrosidad para contener la fuga de trabajadores extranjeros y nacionales. Todavía recuerdo aquel primer invierno en Beijing; vivir bajo ese manto de niebla contaminante, olor a carbón quemado y ver horrorizado como mi mucosidad se había tornado oscura. Aún así, tuve la suerte de en primer lugar, coincidir con la celebración de los Juegos Olímpicos (el gobierno suspendió cualquier actividad contaminante por un tiempo) y de posteriormente mudarme a Zhuhai, una de la zona más limpias y sostenibles situada al sur del país.




Aun así, sigo añorando Beijing, capital imperial, cultural, histórica y llena de oportunidades en todos los sentidos. Algún día me gustaría si no volver a vivir allí, poder pasar temporadas cuando se solucione su gran problema, el de la contaminación.

¿Cuando? Quizás nunca...

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