El hombre oscuro ya no era el que fue. Aquel ogro, aquel bruto, aquel dejado que tan mal trato a mi madre de palabra y de algo mas. Jamás tuvo piedad de una mujer enferma que apenas se movía porque se asfixiaba y de un niño al que maltrato sin compasión. Ya no me daba miedo ni sentía temor. Solo pena o algo así. En estos años logró mantener de nuevo comunicación con dos de sus hermanas, con el resto, seguía la misma indiferencia. Yo estaba entero, tampoco hablamos mucho salvo las cosas y papeles para el entierro. El estaba muy suave en el trato, tal vez porque ya no veía a un chaval, sino a un hombre. Se decidió enterrarla ya que Luis no quería que fuera a un nicho, que es lo único que había en ese momento en el pueblo donde vivían. Se le dio tierra en Ponferrada, sin lapidas, sin cruces, sin misas salvo tal vez, la del Tanatorio y sin esquelas. Justo en una esquina donde se cruzan dos paseos del campo santo. Azucena era descreída y no comulgaba con la Iglesia y todos sus postureos. Yo nunca mas volví por allí, pero se que cada año la única amiga que tenia, le lleva flores. Una de las personas que junto a su marido - los dos jóvenes - le dieron, alegrías y momentos inolvidables que le hacían la vida de encierro en algo mas bonito. Y fue así desde el primer día que llegaron a instalarse en el pueblo, muy cerquita de Azucena. Dos seres extraordinarios con los que yo no estuve a la altura y lo peor es que no se porque. Algo hice mal, lo se y he tenido la oportunidad de confesárselo por eso que se conoce como una espinita clavada
La casa estaba echa un asco, sobre todo la cocina y me puse a limpiar y dejarla un poco decente, en un acto de ayuda hacia el. O tal vez recordando a mi madre. La que iba limpiando todo lo que este maldito guarro ensuciaba sin un ápice de compasión con una mujer enferma. Después, compre unas cajas grandes, recogí toda la ropa de Azucena las embale y al día siguiente la lleve a una ONG de ayuda social. Tire todas las medicaciones y botes de Ventolin vacíos que había por todos los cajones. Estuve cuatro días sin parar y al quinto regrese a Bilbao. Al despedirnos le dije : Pues nada, cuídate, la casa se te hará grande ahora, pero bueno a ti gusta el campo, estarás entretenido. Además estan Charo y José como siempre y por si necesitas algo. Yo cuando pueda vendré a dar una vuelta y a estar unos días. De repente le escucho decir algo como abatido ¡ La voy a echar mucho de menos ! . Y eso me reventó los oídos y los cojones. Me contuve por fuera, por dentro quería partirle el cráneo. Escuchar esto, cuando le había quitado media vida a una mujer que le tuvo siempre en palmitas, me parecía obsceno y pusilánime. Así que antes de perder el control, arranque el coche y me puse de camino a casa. A partir de ahí y hasta que murió diez años después. Fui unas cuatro o cinco veces, me quedaba dos o tres días, pero siempre acompañado. No tenia nada que ver con el, ni nada que contarle y no me apetecía estar a solas en ningún momento, me sentía incomodo y a la fuerza Por eso siempre camelaba a alguna amiga para que viniera conmigo y de paso conociera el Bierzo. A mediados de 1992 termino mi relación con Rosa confesándole que quería volver a mi vida de antes y que la quería pero me sentía preso sin que ella fuera la culpable, sino por mi acelerada vida. Me consta que me amaba , fue la única mujer que sentí de verdad lo que decía y como me trataba.
Habían pasado muchas cosas en mi vida y la mayoría buenas, mientras estuve en el bar. Pero intuía que venia un cambio que daría la vuelta a todo lo vivido hasta el momento. Por un lado estaba cansado de la rutina diaria en el trabajo. Tenia la sensación de ser un autómata. Además el roce, algunas broncas y los años de convivencia laboral, comenzaban a desgastar el buen rollo con mi jefe. Pero lo mas importante, es quería hacer otra cosa que no fuera la hostelería. Llevaba muchos años y tenia la necesidad de comprobar que podía algo mas que poner cafés y cervezas. A mi lo que de verdad me gustaba eran las relaciones publicas con los clientes. Se me daba bien, pero ya la tensión y la marcha del bar no me apetecía para nada. Hable con mi jefe, llegamos a un acuerdo con el finiquito y arreglamos dos años y medio de paro al que tenia derecho. Haciendo cuentas podía estar perfectamente al menos dos años intentando hacer algo nuevo. Y si la cosa no fuera bien, me quedaba medio año mas para buscar y seguro que algo saldría. El primer día de mi vida sin trabajar en el bar fue muy extraño, me sentí solo de nuevo. Me había quedado sin el lugar en el que cada día me esperaban. O de esa llamada cuando alguna vez me dormía. El cobijo, mi guarida, mi seguridad y estuve unos días chungo y algo inseguro. Pero nunca me arrepentí de aquella decisión, era yo y mis circunstancias. Y como siempre fui muy impulsivo e intuitivo sabia que la vida es un camino lleno de riesgos y que si no te mueves no sales en la foto. Después de unas semanas se me paso el agobio de pensar en el mañana. Tenia dinero del finiquito y casi tres años de paro, así que me tome con filosofía. Me costaba dormir por los cambios y escuchaba la radio hasta altas horas. Me enganche a un programa que comenzaba a las dos de la madrugada y estaba hasta las cinco. Se emitía en Radio Euskadi "Los amores de Ana ". Llamaban oyentes de toda la Comunidad y le contaban sus cuitas a la locutora. Historias de amor de desamor, problemas de familia, de trabajo se mandaban saludos y se hacían risas. Me entretenía mucho y porque además llamaba gente que también vivía o estaba sola. Me enganche a el hasta hacerme incluso famoso con mis llamadas y porque logre hacer una sección en directo una vez a la semana con la locutora durante unos meses. Era de juegos y risas, algo divertido y participativo. Conocí a Lidia a través de el. Una chica dulce cuando llamaba, que también caminaba a su aire. Al principio quedábamos en mi casa para escuchar el programa juntos encima de la cama. Se quedaba a dormir en la sala y se marchaba al mediodía. Luego volvía por la noche de nuevo. Pero claro un día paso esto y lo otro y mas tarde se vino una temporada larga a vivir conmigo.
Aquel programa hizo plantearme ser locutor de radio. Tenia labia, tenia mundo y mucho sentido del humor ¿ Porque no ? Y además estaba sentado, mi pierna se pondría contenta. Encontré una emisora, o lo mas parecido a eso, cerca de Bilbao, estaba en Mungia y allí que me fui. Se ubicaba en un bajo, entre soportales y a la entrada del pueblo si vas desde Bilbao. Se llamaba RADIO K90. Era simplemente una lonja con un equipo muy básico. Pero de allí, de ese cuchitril salieron también algunos locutores/as que hoy estan en emisoras principales de la ciudad. Pregunte al dueño, un tipo joven, feo y con voz de pito, que me gustaría aprender el oficio. Me dijo que si pero que allí no pagaban, salvo que hicieras publicidad o te financiaras un programa al 50% con la empresa. No importa, yo quiero aprender y además estoy cobrando el paro, no hay problema, trabajare gratis. Todos lo hicimos mas de una vez. Si te gustaba y querías aprender esa era la única opción. Me quede como dos o tres años pero eso si hice de todo y aprendí mucho, aun siendo una humilde emisora de pueblo. Hasta tuve mi propio programa pero con un nombre muy cursi Acuarelas de Papel . A partir de hay llegaron otras emisoras y otros programas, hasta completar las 10.000 horas en este maravilloso y mágico mundo
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