miércoles, 13 de enero de 2021

LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 22

El día anterior estuvimos preparándolo todo, lo dejamos a punto para abrir la puerta y comenzar la andadura. Llegue con una hora de antelación a pesar de haber llegado a casa muy tarde y a las nueve en punto abrí la puerta. Mi jefe y otro camarero estuvieron todo el día a mi lado. Uno para hacer de relaciones publicas, cosa que se la daba de maravilla mientras el camarero iba y venia trayendo las tortillas, los pinchos etc del restaurante. Estuve algo nervioso, sobre todo por que yo mismo me aceleraba tratando de atender como es preceptivo y para que el Cherif viera que dominaba la cosa. La respuesta de la gente fue fabulosa, personas con alto poder adquisitivo, gente del barrio cordial, amable y educada. Al final de la jornada el jefe me dio una palmadita en la espalda y dijo : Manuel, no has defraudado. A pesar de ser el primer día que todo es mas complicado has estado ala altura, enhorabuena sigue así. Me sorprendió que me llamara Manuel en vez de Manolo, pero me gustaba como sonaba. Y así continúe, dándolo todo. Al cabo de quince días ya tenia cuadrillas y gente que se hicieron clientes diarios. Les construí una especie de txoko imaginario donde tomar una copa bien preparada. Un lugar donde se encontraran cómodos junto con una charla desenfadada y dispuesta por mi parte, en todo momento. Tenia labia y algo de mundo además de un carácter alegre y dicharachero. Caía bien al personal y eso hizo que el bar fuera viento en popa. Los días de fiesta me daba una vuelta por los bares cercanos y la zona de Pozas donde vivía y había clientes que me saludaban o me invitaban a tomar algo con ellos. Poco a poco me fui integrando en el barrio, me gustaba la gente, me encantaba vivir en esa zona de la ciudad.



Las luces navideñas y los escaparates adornados nos anunciaban el fin de año. Al personal se  le veía feliz, contenta y con las calles abarrotadas. Besos por aquí, saludos por allá y todo eso que pasa en esos días. Sin embargo yo no sentía nada salvo una gran soledad. El día de Nochebuena trabajamos hasta las nueve y media de la noche. Cuando recogimos todo, el jefe me pregunto donde cenaba esa noche. Le dije que solo, pero que no me importaba, estaba cansado y me iría a la cama pronto. Además tenia que abrir al día siguiente, aunque solo hasta el mediodía. Me dijo, espera un momento. Se acerco hasta el restaurante y me trajo en una bolsa, un buen puñado de quisquillas y una botella de champan. ¡ Toma, celébralo !. Ese detalle me emociono, le di las gracias y me marche. Eran las diez y media de la noche mas o menos y mientras caminaba hacia la pensión, observaba, los balcones, las ventanas, la música, la gente hablando, todos esos sonidos me sumergían en una profunda tristeza. Llegué y los otros huéspedes no estaban, estaba solo en la casa. Entre en la habitación deje el champan y las quisquillas en la mesilla y me puse a pensar en mi madre. No me preguntes porque, aunque considero que era un sentimiento extraño muy parecido al abandono. En particular, por ella y sus circunstancias  y por supuesto, por mi , en mi nueva etapa en soledad. Pensé en alegrarla de alguna manera y con una tijera logre abrir el candado del teléfono que había en la pensión. Lo tenia así la casera para que nadie hiciera llamadas pero que si pudiera recibirlas. Levante el auricular, puse cerca una  radio pequeñita que tenia y sintonice una emisora musical. Eleve el sonido y marque el teléfono de mi madre :

¡ Dígame .. ! 

¿ Mama me escuchas ? 

Si, hola hijo que tal estas, hay mucho ruido ahí ¿ Donde estas ? 

Si, ya se mama. Es que nos hemos juntado unos amigos aquí en la pensión para cenar esta noche todos juntos. Y ya estamos de fiesta 

¡ Que bien hijo, me alegro que no la pases solo, diviértete ! 

Y vosotros que ¿ Ya habéis cenado, no ? 

Si hace rato, Luis se quedo dormido y yo estoy viendo un poco la tele 

Bueno mama, un beso, te quiero, hasta otro día 

Colgué, puse de nuevo el candado, apague la radio y me fui a la cama 

¡ Jamás he llorado tanto y tan profundamente, en mi vida ! 

Sentía una enorme losa en forma de pena y una tristeza cruel que producía dolor y descerrajaba el alma

 Algo que no le deseo a nadie

A partir de ese día en concreto, nunca mas me sentí solo. Nunca mas sentí aquella tristeza, aquella sensación de abandono, esa necesidad de besos y abrazos. Llegue a la conclusión de que tenia que pensar en mi y comencé a construir una coraza infranqueable a prueba de casi todo. Como buen Aries, surgí como el Ave Fénix antes de caerme, antes de hundirme en el fango de las lamentaciones. Nada iba a cambiar si no tomaba la iniciativa. Y vaya que si cambio. Me convertí en una pedante de mi autoestima trabajando el YO profundamente, en tres cuestiones : Queriéndome, conociéndome y aceptándome como era en todo mi contexto, en todo mi ser. Esa fue mi salvación y la ruta que marcaria después toda mi existencia, hasta la fecha de este escrito. 

#LaBreveHistoriaDeUnAutenticoHijoDePuta

#Bilbao #Euskadi

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