LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 28

De momento dejo mi faceta de mujeriego. Y digo esto porque ellas han marcado y marcaran buena parte de mi vida a lo largo de esta historia. Pero sin duda también la marcó la política durante un tiempo. Los amigos, los conocidos y el ambiente de rebeldía y contestación que se respiraba en estos años, me fueron macerando. Había una especie de imán que te llevaba a idealizar a los dirigentes, a seguir sus consignas y a justificar sus acciones, muchas, de muerte. Al principio el bar tenia ideología nacionalista y reservada. Tal vez porque el mayor de los hermanos fue tiempo atrás miembro de la banda exiliado en Francia, regreso con la Amnistía de 1977 . Todos sabían de que pie cojeábamos, pero en ese local entraba todo tipo de ideologías. Y si alguno/a le molestaba o no vernos en la solapa una chapa de las Gestoras ProAmnistia, la de refugiados o la antinuclear, no se le notaba. El trato siempre fue igual de bueno y profesional con todos. El local era de esos que se conocian en la jerga como de gente maja, jatorra, del rollo. Es decir simpatizantes o militantes de la causa. Y es que además, la sede de Herri Batasuna estaba cuatro calles mas arriba, en Perez Galdos. Esto hacia que el bar estuviera muchas veces la presencia de dirigentes conocidos de la época. Tengo que confesar fui simpatizante durante un tiempo, no mucho. El tiempo justo en darme cuenta de que hacia muchas cosas, porque lo hacia la masa que me rodeaba. Seguía al rebaño y no era el único. Con los años, pensé que realmente estaba en ese mundo, por las mujeres que había en el. Al bar entraban auténticos bellezones, tías que estaban de escandalo. Pero a mi me atraían las de mi pedo, las de mi rollo. Una importante mayoría eran atractivas, guapas y las que mas me ponían. Me gustaba como vestían, esas ropas así como desaliñadas, en lila en negro. Y sobre todo cuando notaba a través de sus camisetas la ausencia de sujeción, me volvían loco Me parecían sensuales morbosas y en alguna ocasión disfrute de su compañía. Pero había un problema, no sabían follar. De echo a lo largo de todas mis conquistas puedo contar con los dedos de la mano las mujeres que se lo saben hacer bien, que saben como perrear con un hombre en la cama. Algo que siempre me llamo la atención

No fui un simpatizante al uso. Yo al contrario que la mayoría, no solo leía el Egin, también el Correo, el Deia y el Pais. En mi entorno me decían en tono de vacile irónico ¿ Pero que lees tio, prensa facha y manipuladora? ya te vale, te van a comer el coco. Me la sudaba por completo. Siempre me gustó que decía y que opinaba el supuestamente contrario o enemigo y eso me salvo de haber tomado decisiones peligrosas. También no solo entraba a las Herrikos a beber y comer como la mayoría. Me movía por los que el mundo abertzale llamaba la zona pija. Y lo era, pero me molaba la música el ambiente y siempre reconocia a alguien. Leer de todo, me ayudo a formar y tener un criterio mas amplio, mas pragmático y mas mío, de las cosas. A posicionarme y a acudir a aquellos actos o eventos en los que estaba convencido por mi mismo y no porque iban todos. Comenzaba a cuestionar el sentido de matar el sentido que tenia toda esta locura imparable y fui tachado de humanista y puesto en cuarentena. Aun y así no me perdía una manifestación, he asistido a cientos de ellas y de todo tipo en los cuatro costados  de este país llamado Euskadi .Un día dije basta y rompí con todo, posicionándome claramente por el fin de la barbarie en escritos en reuniones y en charlas de bar. Deje de votarles y lo he mantenido desde entonces. Pero ni a ellos ni a ninguno hasta la fecha. El Ziripot era un bar vigilado o seguido por el ambiente de izquierdas que se formaba. Una vez alguien me dijo : "Aquel de la esquina es poli, fue uno de los que me detuvo a mi". Le conocía, venia a menudo. Era un tipo serio, tomaba un cortado y leía la prensa durante un buen rato. Si estaba de servicio o no, yo no lo sabia. Me parecía correcto, sin mas. Después me entere que era un alto mando antiterrorista. Los dos sabíamos quienes éramos y a que nos dedicábamos. Tal vez te preguntes si me detuvieron alguna vez, te diré que si. Setenta y dos horas que no se me olvidaran en la vida. 

Un colega que trabajaba cerca de mi y yo solíamos ira a pasar algún fin de semana al caserío que tenia en Morga - cerca de Gernika - los suegros de mi jefe, el mas joven. Pasábamos el día poteando, jugando a palas, otros charlando. Pero sobre todo comiendo y bebiendo como cosacos. Casi siempre regresábamos pedos, pero eso si, prudentes y muy despacito. Mikel bebía Gin Kas como el que bebe agua yo era mas moderado. Sabia que estaba muy metido en política y que participaba activamente en asociaciones de su barrio, en el asunto de los presos etc. Era fiestero a veces divertido, osado, pero también un poco notas en ocasiones que no debía serlo. Ese Domingo veníamos como siempre, bien puestitos, cantando y lentamente. A pocos metros del túnel de Malmasín frente al Merca Bilbao había un control de la policía nacional impresionante. Al parecer se había producido un atentado contra unas furgonetas a pocos metros de la entrada. Dos encapuchados abrieron fuego desde la parte alta del túnel y alcanzo mortalmente a un policía nacional y otro quedo herido. Cuando el poli dio un golpe en la ventana por sorpresa se nos paso el colocón al momento y nos dimos cuenta que el asunto era grave. ¡ Apaguen el motor y bajen del coche !. estábamos rodeados de agentes ¡ Pónganse de espaldas frente al mercado y con las manos arriba !. Después comenzaron a registrar el maletero cuando de repente se escucha ¡ Capitán Capitán. los tenemos, han sido estos !. ¿ Como que estos  ?. Yo me acojone y trataba de pensar que podían haber encontrado en el coche para culparnos. Si nosotros veníamos de fiesta que  cojones estaba pasando. Mientras esto ocurría baje un poco las manos, me cansaba la postura y estaba nervioso, me temblaba todo. De repente sentí un culatazo en mi pierna y un dolor terrible ¡ Suba las manos ! era tal el golpe que pensé que me la había partido. En ese momento me dice el poli : ¡ Tu vete, que no has echo nada, corre para abajo, anda date prisa !.  Mikel recibió otro golpe por avisarme que no lo hiciera ¡ Manolo, ni se te ocurra, no te muevas que te aplican la ley de fuga y te disparan a matar ! 

Nos detuvieron nos esposaron y fuimos directamente a la Comisaria de Indautxu. Allí bajo la ley antiterrorista nos metieron en calabozos separados con ordenes superiores de no dejar entrar a nadie salvo a los investigadores. Yo seguía en una nube pero dentro del agobio, estaba tranquilo. Al fin y al cabo yo no había cometido ningún delito. Solo pensaba que al día siguiente, Lunes, tenia que abrir el negocio. A los diez minutos de llegar, aparecen dos inspectores, me suben a un despacho y me sientan frente a una mesa. Uno se queda de pie y otro sentado frente a mi. Tenia a un poli serio mirándome fijamente. A su lado, una bandera de España algo grande en una especie de pincho en una madera cuadrada que hacia de base. Una hoja de papel un bolígrafo y un pistolón que ponía los pelos de punta mirarlo. Bien, comenzamos  ¿ Desde cuando estas en ETA ? . ¿  Donde estan las armas ? ...

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