domingo, 27 de diciembre de 2020

LA BREVE HISTORIA DE UN AUTENTICO HIJO DE PUTA : Capitulo 4

No se como vivió Azucena todo su embarazo, pero supongo que fue muy jodido. Tampoco se, si mientras estuvo embarazada estuvo trabajando hasta el ultimo momento como encargada. Pero dado los tiempos que corrían, supongo que no. Si ya estaba mal visto socialmente que una mujer se dedicara a eso , embarazada imagínate ¡ Escandalo asegurado !. En el anterior capitulo te hablé de otro bar de compañía que abrieron muy cerca y que era regentado por manos femeninas llamado Chilibrin y que fue el que marco el camino de mi vida. Pues es verdad, ya que fue aquí donde mi madre, Azucena, pario a su hijo. Eran las diez de la mañana de un veintidós de marzo de 1957.  Nunca supe porque fue en ese lugar en vez de en un hospital. Tal vez para esconder su vergüenza o porque simplemente surgió así. Lo cierto es que ya tenia a su hijo recién nacido entre sus manos en una habitación rodeado de mujeres compañeras de oficio. Yo acababa de nacer y a mi madre le surgía otro marrón: Como montárselo para atenderme, cuidarme y por supuesto necesariamente mas que nunca, seguir trabajando. Imposible e inviable tener que ir a trabajar a las cinco de la tarde y regresar a las cuatro de la mañana teniendo un recién nacido. Así que tuvo que acudir a la ayuda, por supuesto pagada, a la vecina de al lado. Una familia muy humilde y muy pobre. Casada con un albañil y con cuatro bocas adolescentes que alimentar. Ellos fueron mi familia postiza y a la fuerza, durante al menos dos años. Hasta cuando ocurrió lo mas terrible que mas adelante te contaré. 



Mi madre me dejaba a las cinco de la tarde y me recogía temprano al día siguiente. Un día siendo ya adolescente me contó que no me cuidaban muy bien, siempre me encontraba cagado, sucio y mal alimentado. Cuando me decía esto no se porque razón, me venia a la cabeza que aun siendo apenas un bebe, recordaba el olor a mierda que habitaba en la cuna camastro donde me tenían. Algo absurdo y dirías casi imposible, pero es cierto, así lo sentía. Incluso ahora mismo. A juzgar por las fotos, siempre sonriendo ya desde muy pequeño, diría que era un niño feliz a pesar de ver y estar con mi madre tan solo unas horas al día. Sobre todo, cuando con apenas dos años me llevaba a pasear caminando torpemente de su mano hasta el mercado de abastos. Allí había una churrería en la que parábamos siempre. También cuando entrabamos en la droguería habitual a comprar el paquete de detergente, ese donde siempre venia algún juguete de plástico. Ella nunca pasaba desapercibida: Morena de tez,  alta, esbelta y elegante. Todavía resuenan en mi cabeza, los silbidos y los piropos de los hombre de la obra y aquellos que se volvían cuando pasaban por su lado. Y por supuesto la mirada dura y tal vez de vergüenza de aquellos hombres que sabían de que la conocian. No te culpo si crees que es imposible recordar todo esto teniendo apenas tres añitos. Ahora yo no daría crédito, así que imagina hace mas de sesenta años. Pero te juro que es verdad. También, había dos días a la semana que me llevaba a comer empanada con Mirinda de naranja a un bar que se llamaba América. Recuerdo al camarero que nos atendía: Tímido, cara redonda, poco pelo y un diente de oro que lo envolvía con una sonrisa bonachona de lado a lado cada vez que entrabamos por la puerta. Se acercaba y me pellizcaba suavemente la mejilla a modo de saludo cariñoso. 

Años mas tarde, mientras me cortaba el pelo en la peluquería que me llevaba mi madre, el viejo conocido que la regentaba desde siempre, me confeso cuando estuve indagando sobre la vida de Azucena, que ese hombre podría ser mi padre. Incluso me dijo que en el pueblo se comentaba que mantenían un noviazgo a escondidas dado el oficio de ella. Pero en un pueblo pequeño todo corre como la pólvora y a raíz de los murmullos, corto de raíz su relación. A partir de ahí, nunca mas volví a comer empanada con Mirinda de naranja en aquel lugar. Por cierto, todavía me pregunto porque razón nunca me importo saber quien era mi padre y tratar de conocerlo, cuando aquel peluquero casi me aseguraba que era el. No tengo una explicación ni tan siquiera hoy. Y tampoco nunca, me quito el sueño

Como tampoco se porque a esta mujer tuvo que llegarle lo mas terrible para una madre y que azotaba en ese tiempo a la sociedad entera, su hijo apenas unos meses después de cumplir los tres añitos es atacado por el virus de la Polio. Sucedió un día cualquiera mientras trataba de ponerme de pie encima de una mesa para vestirme. Aquel niño se caía, no podía mantenerse en pie, su pierna izquierda no le respondía, no tenia fuerza y así seria para siempre. Es imposible ponerse en su piel, pero Azucena tuvo que sufrir lo que no esta escrito. Su vida, su futuro, su estabilidad, se estaba resquebrajando, había sufrido un hachazo cruel en mitad del corazón. Ahora esa criatura tenia que tener otras atenciones, otros cuidados y supongo que tenia que tomar decisiones rápidas y tremendamente dolorosas. Imagino el drama y la impotencia de saber que no te queda otra que separarte de el, dadas las circunstancias.

#EuskalBlogPress

#LaBreveHistoriaDeUnAutenticoHijoDePuta



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esté de acuerdo o no con lo que escribas, nunca te quitaré el derecho a expresarte como quieras sepas o puedas. Ese mismo respeto lo tengo conmigo. Si es para difamar o insultar NO sale. Gracias por venir...