lunes, 21 de enero de 2008

El Coño de Carlota ( la gallega ).

Casi todos tenemos en nuestro circulo de amistades algún o alguna ¨ kanalla ¨. Son esas personas que ¨conocen o dicen conocer ¨la vida ¨ que viven el momento, que no se preocupan del futuro y se sienten como pez en el agua cuando transitan por el ¨ Lumpen ¨de las ciudades.
Generalmente son promiscuos en el sexo, en las drogas y en locales que están ahí, pero que solo ellos conocen, y solo ellos son los clientes casi a diario.
Aunque en estos últimos tiempos, además de los extraordinarios ¨kanallas¨ también caen por allí, los saltacercas, los pijos, los imbéciles, los separados, los divorciados, los viudos, los políticos rancios, los curas pedófilos sin salvacuellos, mi vecina la maltratada por el hijo de perra del que fue su ¨compañero y algún que otro menor con ganas de ser el más ¨guay ´de la pandi. Les atraen otras tribus e intentan adaptarse, sumergirse, pero duran lo que dura su intento. Tienen derecho a estar ahí, por supuesto, pero el ¨lumpen ¨solo admite a pasajeros con billete de ida.

El ¨lumpen¨es una zona reservada sólo, para los ´kanallas¨ los verdaderos magos de la noche, los artífices de que todo se desarrolle a través de los preámbulos del saber estar. Pero ya se sabe, siempre hay algún gilipollas que pretende ser el rey del asfalto o el comandante en jefe de los insubordinados. Siempre acaban solos y con la cara partida por la osadía y por querer dar un golpe de estado en la ciudad de nadie, en la noche propicia para los anacoretas de cualquier movimiento.
Los ¨canallas¨ son los que cortan el bacalao, pero no llevan navajas afiladas en sus bolsillos. Ellos saben estar cuando la tropa se contagia a las 6 de la mañana. Ellos saben usar el diccionario de las palabras de la noche, y siempre saben elegir la adecuada para descomponer el volcán de babas , las palabras inconexas, los adjetivos a lo más cercano , cuando por una mirada, un empujón o una estúpida frase, se monta. Se juegan el tipo, se juegan su territorio.
Los ¨kanallas¨ mastican el aire amarillo y colapsado de cigarros elaborados con arte y colocón, beben sin sed si no están acompañados. Estas ¨cucarachas¨ de guerras nocturnas, son trashumantes, por eso su culo no estalla en ningún tugurio. Viven la aventura de las horas buscando también la gacela de su rebaño, aunque no lo tenga. Desatan el poder que le da las noches vividas y cuando se ván, casi siempre lo hacen para fornicar en cualquier sitio donde el día despierta y las otras tribus se disponen a comerse la rutina. La otra rutina.

Así fue un día cualquiera cuando conocí al mayor de los ¨cabrones ¨.
Salíamos del local del charly arrastrando los efluvios de la noche mordida, sudados, entumecidos y sin ganas de coger la cama solitaria que nos esperaba.- como casi siempre. Me propuso irnos a casa de su amiga Carlota, una gallega que tenia un piso de ¨ acogida de esperpentos¨, como yo no tenia prisa ( casi nunca la tengo ) le dije.-vamos. El ¨cabrón¨, sabiendo como me gusta a las mañanas comerme un buen coño, me dijo que ( La carlota ) tenía un coño divino, que estaba un poco rellenita, pero que se lo hacia de vicio. Le creí. Entre otras cosas, porque es cierto, lo digo por experiencia y sin ánimo de ir de gallo, ni ser el que mas ha follado con ¨rellenitas¨.
No se porque será, pero las mujeres que están un poco amplias, son calientes y muy cachondas en la cama ( sin ánimo de que ésto suene machista ). Al menos las que se cruzaron por mi autopista. Allí que nos fuimos. Lo de mas, tal vez te lo cuente otro día.
Pero solo una cosa, no me comí el coño de Carlota la gallega amiga del cabrón. Me comió, él a mí. Os juro que jamás en la vida había sido absorbido por una matriz. Aquel ¨chocho ¨¡¡ jamas se me olvidará. Sobre todo por el ¨cabrón¨, que quiso inmortalizar aquel momento, aquella especie de ¨caverna, no apta para personas ¨normales¨. Por eso me gustó.

sábado, 19 de enero de 2008

Terrorismo de Género y Silencio de Alimañas.

El año pasado fueron 100 las mujeres asesinadas en España. De esos datos se destaca que un tanto por ciento muy elevado son mujeres extranjeras, incluso con parejas extranjeras y no precisamente del mismo país. En el conjunto de las asesinadas, la gran mayoría estaban en procesos judiciales e incluso con ¨órdenes de alejamiento.Y aún así, las cazan. En ese grupo, se da la circunstancia de que una gran mayoría no habían formulado nunca denuncia alguna contra su compañero. Y en esos mismos datos se constata que todas estas mujeres no lo hicieron -y siguen sin hacerlo ahora-, las que todavía están con vida, por miedo, terror, pánico a hacerlo. También muchísima soledad a su alrededor.
Del miedo a denunciar le hablaré otro día. Dicho esto, quiere decir que hay muchas, mujeres, que ahora mismo están agazapadas ante su asesino recibiendo una brutal paliza, incluso en presencia de niños que no entienden nada, o quizás sufran en silencio el dolor de sus madres, o vean antes de dormir ( si pueden ) , la sombra del puño del padre lanzado hacia su madre, la hoja cristalina del cuchillo hundiéndose en el vientre del que vino, y posiblemente, ante el verdugo que en cualquier momento le segará la vida a ella, a él, o a los dos, cualquier día. Está pasando ahora mismo, o en cualquier momento del día o la noche. Los que ¨afortunadamente¨ no estamos inmersos en estas historias macabras directamente, sí lo estamos indirectamente.

Creo que de algún modo tenemos alguna responsabilidad si la vecina de arriba es acuchillada, vejada y maltratada. Tenemos que ser conscientes de que no podemos mirar para otro lado ( que lo hacemos ) y que estas cosas no sólo nos afecten al día siguiente cuando leamos la esquela de esa vecina en el periódico matinal. Nos estamos acostumbrando a la muerte, a ver brotar la sangre gratuita. día a día , a escuchar alaridos, insultos y desgarros, a través de nuestros muros..y no hacer nada absolutamente. Nos estamos acostumbrando a escuchar todo esto, sea por tv o por programas nocturnos de radio. La muerte ya no la vemos como algo caro, morir hoy es barato, es tan sumamente barato, que incluso en muchas ocasiones ni te enteras, -porque- o estabas en el sitio equivocado, o simplemente pasabas por allí.
La muerte está presente en todos nosotros en cada momento, a través de los códigos de silencio, a través de las miradas inmóviles, a través incluso del lenguaje de los signos. Vemos la Muerte y seguimos con el mismo gesto en la cara. No nos sorprende, no nos preocupa. No somos diferentes a las alimañas. A eso hemos llegado ya. Y mucho me temo que ante este panorama, cualquier día sin mediar palabra y sin motivo apararente, nos afilemos los colmillos para la ocasión y salgamos a la calle y nos matemos a destelladas, llenos de rabia de ira, de impotencia. Es, en ese preciso momento, cuando ya estaremos salvados. Mientras....todos cómplices y también culpables en muchas ocasiones. Que no se nos olvide.